La situación en las residencias de mayores y centros de discapacidad es de "relativa estabilidad, pero con la máxima prudencia", según la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, quien ha sostenido que la alta incidencia de la covid-19 en Navarra hace preciso extremar las medidas y limitar las visitas.

Así lo ha indicado en el pleno de control al Gobierno en respuesta a la parlamentaria de EH Bildu, Patricia Perales, quien ha pedido "más atención y control" en las residencias, al tiempo que ha instado a las direcciones de estas a poner "más recursos para reforzar la atención".

A su vez ha demandado al Gobierno Foral que asesore a las residencias, que haga controles y exija cumplir los protocolos. Al respecto ha apuntado que los incumplimientos de las residencias pueden acarrear consecuencias "muy graves" y muchas veces las inspecciones se quedan en meros requerimientos.

En esa línea ha alertado de que "en ocasiones se ha racaneado con el material" de protección de los profesionales.

Perales ha reconocido que les preocupa la situación de las personas mayores que "están totalmente aisladas", sin recibir visitas, pero que al mismo tiempo se están contagiando en los centros, por lo que ha querido poner el foco en los responsables de la puesta en marcha de los planes de contingencia.

En su respuesta, la consejera ha comentado que estamos en una situación de "relativa estabilidad, con la máxima prudencia". Desde el 1 de julio el pico de contagiados se produjo el 12 de octubre con 169, mientras que actualmente según los últimos datos del departamento son 85, a los que hay que sumar el último brote de 33 casos detectado ayer en la residencia de Viana.

En esta segunda fase, según ha explicado, las medidas preventivas hacen que las personas contagiadas en residencias representen un porcentaje menor respecto al conjunto de la población que en la primera ola. Entonces se contabilizaban 1.396 positivos en residencias y 5.464 en el conjunto de la población y ahora, desde el 1 de julio, 365 en centros residenciales frente a 27.411 en la comunidad.

Se ha pasado de que las residencias tuvieran el 26 % total de contagios a ser el 1,3 % en esta segunda ola que "no ha acabado", ha puntualizado, tras lo que ha remarcado la "extrema vulnerabilidad" de los residentes. La tasa de mortalidad de los mayores que se contagian en residencias es del 16 % actualmente frente al 33 % anterior.

Ha achacado estas cifras a la detección precoz, la intervención rápida y un mayor conocimiento de como se han de tratar los casos.

Maeztu, quien ha considerado un objetivo "central" lograr que "no entren los virus en los centros, ha indicado que para ello se han adoptado numerosas medidas preventivas como el plan de respuesta temprana, el rastreo, seguimiento y testeo para impedir que el virus entre y atajar los brotes.

A ello ha sumado la aplicación de diferentes propuestas de mejora que recogieron en la auditoria sobre el impacto de la covid y la adopción de medidas para garantizar la seguridad de trabajadores y residentes con el material de protección adecuado.

También, ha añadido, se hacen visitas frecuentes para garantizar que los materiales que se utilizan son adecuados y se hacen pruebas PCR para conocer el estado de salud de trabajadores y usuarios.

Por los dos centros intermedios han pasado unas cien personas de residencias de mayores y unas 400 personas han sido formadas y se han incluido en una bolsa a disposición de los centros, a los que, ha agregado, se ofrece un servicio de atención continuada.

Con todo, ha concluido, es preciso "extremar la prudencia" y en esa línea ha justificado la limitación de las visitas.