Desde su experiencia como médico especialista en urgencias debido a su participación como coordinadora y responsable de la puesta en marcha del Plan de Urgencias de Navarra del Gobierno foral y el actual 112 -entonces 061-, Camino Imízcoz Zubigaray, especialista en anestesia y reanimación, terminó su carrera como facultativa en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) en una situación que nunca habría imaginado: haciendo frente a la covid-19 desde el quirófano.

Aunque los contagios comenzaran a remitir en mayo, imagino que la despedida fue agridulce con unos últimos meses de trabajo nada ordinarios. ¿Cómo vivió la primera ola?

-El inicio de la pandemia se nos presentó sin estar preparados, de manera global, para lo que se nos estaba viniendo encima. No podíamos siquiera dar una atención plena porque se nos iba de las manos. El comienzo fue duro en cuanto a poder abordar la enfermedad y, especialmente, por la parte organizativa que cambiaba continuamente, incluso más de una vez al día. El CHN pasó de ser un hospital de tercer nivel médico-quirúrjico a un hospital covid. La llegada de la pandemia fue algo que marcó a todo el equipo. Sin embargo, por la parte positiva, cabe destacar que dentro de esta dificultad encontré la ayuda y predisposición de todos para salir adelante.

Además de a nivel organizativo y asistencial, la llegada de la covid también tuvo que ser complicada a nivel emocional.

-Comenzamos a ver que ya nos venía gente muy perjudicada, incluso personas que tenía que someterse a una operación y que ya estaban contagiadas con el agravante que esto supone. Sentimos que algunos no saldrían adelante, no estamos preparados para de una manera tan repentina hacer frente a aquello.

Parece que las restricciones han conseguido atajar los contagios, algo que podría ponerse en peligro si no actuamos con responsabilidad cara a las navidades.

-Debemos tener muy claro cuál es nuestro papel y responsabilidad. Lejos de los que el corazón nos pueda pedir, que es el reencuentro con nuestros seres queridos, tenemos que saber que el mejor regalo podemos hacer es aplazar ese reencuentro hasta que tengamos ya un dato de seguridad.