Llevamos casi un año familiarizándonos con las mascarillas. ¿Hemos aprendido algo en todo este tiempo?

-Verdaderamente creo que hemos aprendido sobre todo a convivir con ellas, algo que al inicio de la pandemia parecía irreal en nuestra cultura. Lo veíamos muy alejado, en las imágenes de China, donde tenían más cultura de su uso, y hasta que eso se ha integrado en nuestro día a día ha tardado, y hasta después del verano no la hemos integrado en nuestro día a día. Con el tiempo, por comodidad o por razones de mejor precio el uso de las mascarillas de tela se ha generalizado, pero no son ni mucho menos las mejores. Las FFP2 serían las idóneas, las que todos deberíamos llevar si hubiese opción, aunque por motivos de precio sea más difícil, pero son las que evitan la transmisión por gotas y por aerosoles.

Como dice, una de las razones principales para decantarse por mascarillas de tela es el económico, a pesar de que se hayan tomado medidas para abaratar la compra de las quirúrgicas.

-Obviamente, ya que estas últimas son de un solo uso, y en el momento que pierden su vida útil hay que sustituirlas por una nueva, y en una mascarilla de tela se puede reutilizar durante su lavado. Pero la efectividad que tienen para evitar la transmisión es inferior.

¿Aunque sean homologadas?

-La homologación les da un plus de calidad, pero están en un escalón por debajo de la mascarilla quirúrgica y dos por debajo de la FFP2.

En nuestra vida cotidiana vivimos situaciones en las que debemos llevar la mascarilla aunque no haya gente alrededor. En ese caso, ¿tampoco serían recomendables?

-Creo que, como mínimo, habría que llevar la mascarilla quirúrgica. Y bien empleada, cubriendo bien nariz y boca, porque muchas veces hay personas que no cubren la nariz o que dejan mucho hueco en los laterales de la mascarilla.

Poniendo el ejemplo contrario, hay otros escenarios que entrañan más riesgo de contagio. ¿Debemos tener varios tipos de mascarillas para ellos?

-Sí, en función de con quién vayamos a estar o en qué ambiente podemos reservar mascarillas FFP2 para determinadas ocasiones. Son de un solo uso, pero al final las podemos ir reutilizando durante días o semanas si la hemos utilizado en momentos puntuales. Y en un entorno de otro tipo, en un ambiente que no sea cerrado y donde los aerosoles no tengan tanta importancia, podemos llevar quirúrgicas.

¿Y en lugares con malas condiciones de ventilación, como en el transporte público?

-En ese ambiente es donde la FFP2 tiene un funcionamiento óptimo. De hecho, en algunos países europeos se está obligando a llevar este tipo se mascarillas en estas situaciones. El ambiente invernal, los espacios cerrados, la falta de ventilación... es el nicho perfecto para que haya una transmisión por aerosoles.

En su opinión, ¿se debería obligar aquí también?

-Sería muy recomendable. Imponer su obligatoriedad, al ser de mayor coste, sería difícil.

¿Qué hay de las FFP3?

-Tienen una mayor capacidad para dejar pasar partículas de menor tamaño, pero en muchos casos hay que tener en cuenta que algunas llevan filtros que para que no sea peligroso para el resto de la población se deben tapar para que la exclusión de partículas no sea un problema para los que les rodean.

Para todas ellas, ¿cuál sería el tiempo de uso recomendado?

-El tiempo que dicta el fabricante. Las recomendaciones hablan de una vida útil de 4-6 horas, pero depende del uso que se haya hecho. Si ha sido con una respiración más agitada haciendo deporte, o si se ha mojado, su vida útil se reduce. Lo óptimo sería una mascarilla diaria, pero posiblemente es mejor utilizar una FFP2 durante una semana que una quirúrgica diaria.

Respecto a la situación actual, ¿preocupan las nuevas variantes? ¿Cómo nos afectarían?

-Las variantes podrían tener repercusión en la respuesta a la vacuna y en la inmunidad que ha dejado la infección natural, además de en la transmisión y en la celeridad del cuadro. De la variante británica, la más estudiada, se está estudiando si provoca cuadros más severos. Hay que estudiarlo bien y valorar muchas variables para ver si realmente hay un aumento de gravedad o es una situación por otras causas. Si la cepa tiene una mayor capacidad de transmisión la mascarilla adquiere más importancia, y ante otras variantes con mayor capacidad de transmisión la mascarilla FFP2 nos va a dar una mayor protección. Ante estas variantes, que no cepas -de las que se habla no se pueden considerar todavía cepas-, al ser infecciosas y requerir una menor carga viral para infectar, el uso de una FFP2 requiere mayor importancia.

¿Y qué novedades hay en el estudio de estas variantes?

-Parece que la respuesta de las vacunas se mantiene pero la capacidad de infección es mayor, sobre la severidad del cuadro salió un informe que podría causar cuadro más severos... cada día hay datos y publicaciones nuevas que nos ayudan a aprender algo nuevo del virus. Una vigilancia activa y de calidad de la situación tiene que ayudar a conocer precozmente los nuevos casos. Tendríamos que dar un salto de calidad en detectar precozmente las nuevas variantes. Los británicos están un paso por delante del resto de Europa porque tienen una gran capacidad de secuenciar el virus.

Esa secuenciación es un proceso complejo, Navarra no tiene capacidad para hacerlo y envía muestras a otros laboratorios, por lo que la detección se prolonga durante unas semanas. ¿En qué nos ayudaría ser más rápidos en ese proceso?

-Nos puede ayudar a tomar medidas de control con antelación y conociendo a lo que nos enfrentamos. En nuestro caso las medidas que se implantan no son para evitar la transmisión, es para retrasarla y que el sistema sanitario no colapse. La secuenciación, algo que hacemos normalmente con otros virus, con el coronavirus no tenemos esa capacidad de hacerlo de forma generalizada. Cuando tengamos esa capacidad tendremos un mejor sistema de vigilancia.

La vacunación ha comenzado con los grupos de riesgo, lo que aliviará esta presión asistencial. ¿Se podrán relajar medidas entonces?

-No, hay que seguir siendo muy cautelosos. Se ha dado prioridad a ellos, pero hay otros grupos de población que también se infectan y también fallecen. Hasta que no haya un 70% de inmunidad, que ojalá sea pronto, no llegará la normalidad.