- A la espera de comenzar su hora de gimnasia, una de las múltiples actividades que realiza a la semana, Maribel Moriones, de 87 años, utiliza su voz, que durante años informaba en Radio Requeté, para rememorar lo vivido en el último año.

Durante lo más duro de la pandemia, Maribel pasó el confinamiento en su casa, sola -lleva 26 años viuda-, pero la escritura le ayudó a superar el aislamiento. “Estuve escribiendo cosas, porque soy escritora de haikus (un tipo de poema japonés)”, explica. Lo hizo como pudo, “con rotulador grande y letras mayúsculas”, muy condicionada por su pobre visión, por la que incluso ha pasado por el quirófano. Pero ello no le impidió continuar con una pasión que le sirvió como vía de escape. “Para despejarte tienes que tener una actitud creativa, y escribiendo la cabeza se despejaba”, sentencia. Ya en mayo, cuando pudo salir, “iba con una amiga a andar por la Vaguada”, aunque “guardando las distancias”, incide, cuidadosa de coger una enfermedad de la que se ha librado.

Ahora, la inmunidad le permite volver a su domicilio para “recoger alguna cosa”, pero como “la ciudad está muy vista”, prefiere seguir con sus ejercicios en su nuevo hogar, en el que apenas lleva tres meses, pero donde se siente cuidada con simples gestos: “las chicas de la cuarta planta me preparan unos folios grandes con sopas de letras”.