En pleno inicio de la salida de una pandemia nos hemos olvidado de otras como la obesidad, una enfermedad que afecta a uno de cada cuatro navarros, y que "no se trata de un problema estético", según el doctor Javier Escalada, director del departamento de Endocrinología de la Clínica Universidad de Navarra.

Ayer, en el día Mundial contra la Obesidad, la CUN realizó una rueda de prensa para presentar su nuevo Área, en el que tratarán a las personas que conviven con una afección "que estamos sufriendo desde hace más de cuatro décadas", según la doctora Gema Frühbeck, directora del Laboratorio de Investigación Metabólica de este centro.

Durante estos cuarenta años, la sociedad ha vivido diversos cambios en el modelo de vida que han hecho que, decantándonos por la comodidad, realicemos menos actividad física diaria. Los desplazamientos en coche han reemplazado a desplazarse a pie, y ya solo quedan algunos edificios antiguos donde los ascensores no han sustituido mayoritariamente a las escaleras. A ello hay que sumarle el escaso tiempo que se le dedica a la cocina, utilizada ya solo para las preparaciones más especiales y no tanto en el día a día.

"A diferencias de nuestros ancestros, nos movemos bastante menos y tenemos acceso fácil a alimentos, en muchos casos ultraprocesados", desembrolla la doctora Frühbeck, que estima además que tenemos una apreciación propia muy poco realista. "La mayor parte de nosotros consideramos que comemos menos de lo que realmente comemos y que hacemos más actividad física de la que llevamos a cabo", reflexiona.

Así, se ha llegado al límite de que un 25% de la población sufra de obesidad, un porcentaje que llega hasta al 60% si se habla de exceso de peso. Sin embargo, los datos podrían ser todavía peores, ya que se han tratado de una forma "conservadora", refiriéndose solo al Índice de Masa Corporal, aunque no es el único valor que determina la obesidad. "Con la aplicación de técnicas más específicas, como estudios de composición corporal que miden la cantidad de grasa del paciente, la tasa crece", señaló Frühbeck.

En relación a este apartado, el doctor Escalada aclaró que el "exceso de peso" de la obesidad conlleva un "exceso de grasa localizado en el abdomen, por lo que es grasa visceral". "Y ese exceso de grasa genera riesgos metabólicos como diabetes tipo 2, hígado graso, hipertensión, ácido úrico, infarto de miocardio o accidentes cerebrovasculares", además de otros problemas de salud "como problemas mecánicos, porque se cargan con kilos de más sobre las rodillas" o "afecciones respiratorias, como las apneas del sueño", enumera.

tras el confinamiento, 4 kilos más El aumento en el tiempo que pasamos en nuestros hogares, la cuasi obligada vida sedentaria que hubimos de llevar y el aumento en la ingesta de alimentos durante los cerca de tres meses de confinamiento domiciliario que vivimos entre marzo y mayo hizo que cada persona aumentase de peso en torno a 4 kilos en los seis primeros meses de la pandemia, según estudios que se han realizado tanto a nivel nacional como europeo. "Esto implica que algunas personas han aumentado hasta 10 kilos", cuantifica la doctora Frühbeck.

El creciente incremento de nuestro peso ha hecho que el número de consultas en el Área de Obesidad de la CUN se hayan incrementado, ya que "la gente es consciente" del problema que sufre, según el cirujano Víctor Valentí. El doctor advierte que en casos de obesidad grave la cirugía no es una solución milagrosa, sino que lleva consigo una dieta y un seguimiento que, con la pandemia, ha tenido que ser de forma más lejana, y eso ha llevado a resultados menos favorables. "No han evolucionado tan bien y, de hecho, en algunos casos han vuelto a coger peso", admite. Ante una enfermedad difícil, la solución también es difícil. Pero la hay.