Manuel Martín es director médico de la clínica Padre Menni y vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y alerta del empeoramiento de la salud mental de la población general por la pandemia y, especialmente, del personal sanitario. Martín avanza que ya hay numerosos estidios a nivel estatal que evidencian el impacto que ha tenido la pandemia en el estado emocional de las personas. En el caso de los sanitarios, advierte de que se han dado muchos trastornos "de tipo depresivo, ansioso o relacionados con el estrés".

Esta pandemia nos afecta a todos, pero los sanitarios son los que han estado en primera línea y han sufrido un mayor desgaste, ¿no?

-Ahora la vacunación ha cambiado las cosas pero antes había mucho miedo a contagiarse y no se sabía cual era el curso de la enfermedad. Hubo muchos sanitarios contagiados y al estar de baja el personal estaba más sobrecargado. Se contrataba más personal pero no tenían el mismo grado de experiencia. El grado de incertidumbre y de estrés fue muy alto.

¿Cuál es el perfil de un sanitario que requiere atención psicológica?

-No hay un perfil determinado. Se podría pensar que el personal de la UCI, al atender los casos más graves, pero la realidad es que el personal de UCI está muy entrenado para este tipo de circunstancias. La situación ha sido muy impactante también en las plantas que no estaban destinadas a estos cuadros y que ha habido que reorientarlas. El tipo de plantas no es de los factores más determinantes. Lo que sí influye son las circunstancias previas personales, todos tenemos una mayor o menor propensión a tener problemas de este tipo. Es decir, profesionales que ya habían sufrido estos problemas, que son frecuentes en el medio sanitario, han sido más propensos a volver a sufrirlos.

Estar cuidando a pacientes y que terminen falleciendo tiene que ser muy duro, ¿no?

-El duelo y las vivencias de perdida han marcado el estado emocional de los sanitarios. Con esta enfermedad ha habido muchas personas que han fallecido después de semanas de ingreso por lo que se ha creado un gran vínculo entre pacientes y sanitarios. Esto también ha agravado la sensación de fracaso si morían, el impacto era enorme. También la sensación de alegría si sobrevivían, por supuesto.

Además, el paciente apenas puede ver a su familia, por lo que el mayor apoyo lo dan quienes le atienden...

-Efectivamente, no es lo mismo que en circunstancias normales, ahora ese apoyo al paciente está muy limitado y al personal sanitario le ha tocado hacer las veces de familiares. De hecho, los testimonios de las personas que han sobrevivido afirman que había un nivel de ayuda y de cercanía muy importante.

Es muy importante el duelo a nivel emocional, ¿no?

-Por supuesto. La última parte de la vida es también parte de la vida. Es importante cerrar las cosas de forma adecuada. El problema ha sido que la covid-19 ha conllevado un duelo en el que no hay contacto con la persona que se va y por lo tanto quedan cosas pendientes y el riesgo de sufrir un duelo patológico aumenta.

Muchos sanitarios se contagiaron en la primera ola, ¿cómo afecta esta enfermedad al estado emocional?

-Las personas contagiadas tienen un nivel de incertidumbre muy alto. No es una enfermedad que se manifieste muy grave desde el principio sino que hay una evolución lenta y luego, en algunos casos, un curso más grave, por lo que se vive con incertidumbre. Esa incertidumbre va minando y entran en juego muchos factores personales. Y a todo ello hay que sumarle el clima de pandemia, con toda la presión mediática que ha habido, sobre todo al principio.

Los sanitarios siempre coinciden en la incertidumbre del principio, que les pasó mucha factura...

-Es que al principio había un gran desconocimiento, había tratamientos que se ponían en duda, se hablaba de no usar mascarilla, el uso de corticoides era controvertido... Ahora hay mayor conocimiento del problema, todo es distinto. Entonces había temor a que la pandemia desbordase la capacidad de los hospitales. Los sanitarios querían evitar la tesitura de tener que decidir a quien a tender si la cosa iba empeorando y colapsaba el sistema sanitario.