La Asociación Navarra de Párkinson (ANAPAR) junto con la Federación Española de Párkinson (FEP) puso ayer en marcha la campaña "Pon una etiqueta positiva", con el objetivo de romper estereotipos y cambiar la imagen social que existe de la persona afectada.

En una nota, ANAPAR explicó que el párkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica, progresiva e incapacitante que afecta en Navarra a unas 2.000 personas entre 29 y 101 años. Comúnmente está asociada al envejecimiento y a la creencia de que el temblor es el síntoma más representativo, pero un 30 % de las personas no llegan a desarrollar nunca el temblor. La campaña "Pon una etiqueta positiva" pretende cambiar la percepción y estereotipos sobre el párkinson, y para ello muestra en un spot la realidad de muchas personas que conviven con la enfermedad con positividad, un mensaje que promueve las "etiquetas positivas".

La campaña arrancó el domingo con una cadena virtual de etiquetas positivas, y se desarrollará bajo el hashtag #PonUnaEtiquetaPositiva a través de las redes sociales durante todo el mes de abril con toda la información en la web www.diamundialdelparkinson.org. Las Jornadas de Parkinson llevadas por la asociación continuarán el miércoles en el Civican con diferentes conferencias, retrasmitidas online en el canal de youtube del propio Civican.

Afectados por párkinson

Hace veinte años que le diagnosticaron párkinson a Miguel, de 70 años. Sus síntomas son los temblores y también bajadas de moral en momentos determinados. "Te levantas bien y luego a la tarde estás doblado y no sabes por qué", explica.

Para él es importante saber verbalizar ante el médico su situación, ya que "el párkinson puede englobar más de treinta síntomas distintos". A una persona que ha empezado a tener estos síntomas, él le diría que el problema no lo viva solo. "En la asociación podemos acompañarle en la enfermedad, y viendo a pacientes más veteranos puedes aprender pequeños trucos para llevarla mejor".

Josu Ijarrubia, de 71 años, se apuntó a ANAPAR hace dos años. Sus síntomas, relata, son el agarrotamiento al andar y también temblores en la mano derecha. "Además noto cansancio y mucha lentitud para hacer las cosas", afirma.

Sobre su condición, subraya que agradece "que nos traten como a iguales, sin sentir lástima, ni tratarnos diferente". "Por mi parte, trato de ser consciente de lo que puedo realizar cada día, sin pensar en el mañana", apunta. Lo que más le ha aportado la asociación, añade, ha sido poder conocer a gente que ahora considera como amigos, "y ayudarnos a participar en actividades sociales".