A las diez de la mañana de ayer en Guatemala ( las 18.00 hora española) el misionero navarro del Sagrado Corazón de Jesús, Faustino Villanueva Villanueva fue beatificado, así como los sacerdotes José María Gran (Cataluña) y Juan Alonso Fernández (Asturias) más siete indígenas del departamento guatemalteco de El Quiché donde fueron asesinados por los militares en 1980.

La beatificación, prevista para el 4 de diciembre, llega con retraso respecto a la fecha señalada después de la firma del correspondiente decreto del papa Francisco, a consecuencia de la pandemia mundial. Para asistir al acto viajaron desde Madrid dos representantes de la comunidad del Sagrado Corazón de Jesús a la que pertenecían los tres misioneros.

En el caso de Faustino Villanueva, originario de Yesa, la familia lamentaba las circunstancias en las que llega el día más esperado , ya que la crisis sanitaria desaconseja el largo viaje. Lo que no impedirá la epidemia será seguir el evento por el enlace que ha facilitado la Comunidad.

“Es una pena. Habríamos ido con ganas varios sobrinos y sobrinas, tal vez con la hermana pequeña, Mari Carmen, para vivir este momento importante para nuestra familia y para el pueblo Quiché. Sienten su muerte como reciente y tienen el recuerdo de su dedicación grabada en su memoria con gran cariño y respeto, que han reconstruido para este reconocimiento”, expresaba Laura Porto, sobrina de Faustino, hija de su hermana María Jesús.

La familia seguirá la ceremonia desde Pamplona y Jaca. Desde Vitoria, lo hará ilusionada Arantza Abrisqueta, una de las sobrinas mayores del misionero, hija de Juliana, “sobre todo por la ilusión que les hace a mi madre y a sus hermanas”, confesaba. Habrá también un lugar para su recuerdo en el Monasterio de Leyre, al que Villanueva estaba muy vinculado.

Vivos en la memoria de su familias y del pueblo quichelense, la beatificación pone luz a las sombras que denigraron a los misioneros, reconoce su labor religiosa y humanitaria con los pueblos necesitados y revela la verdad . En este sentido se expresó Monseñor Julio Cabrera, Obispo emérito de la diócesis donde les asesinaron.

“Han reconstruido su trayectoria y guardan un recuerdo emocionante y vivo de su labor”

Sobrina de Faustino Villanueva