La Universidad de Navarra celebró ayer en el Museo el acto de investidura de 319 doctores de 26 países, pertenecientes a 16 facultades y escuelas de la Universidad de Navarra, han defendido su tesis durante los cursos 2019-20 y 2020-21. Por primera vez, se celebró además, el acto de investidura conjunto de dos promociones, ya que debido a la situación sanitaria el año pasado no pudo realizarse.

“Os ha tocado terminar vuestras tesis en medio de una pandemia. Pero habéis sido valientes y tenaces. No habéis escuchado ni los mensajes desalentadores ni los cantos de sirena. Habéis culminado vuestro trabajo en las condiciones más difíciles”, reconoció el rector, Alfonso Sánchez-Tabernero.

El profesor de la Facultad de Comunicación Ramón Salaverría, padrino de la promoción, aseguró que “el día de hoy parecía improbable. Más de uno, en momentos de zozobra, lo habrá considerado incluso imposible”. Este auditorio, señaló es hoy un monumento al sacrificio y a la renuncia: “Todos habéis hecho un esfuerzo que solo vosotros, y vuestra gente más querida, sabe hasta dónde alcanza”.

“Doctorarse nunca ha sido tarea fácil. Es un camino que exige singular esfuerzo, convicción y disciplina. Un itinerario largo, solitario, con numerosos repechos y no pocos precipicios”, dijo el profesor. “Sin embargo, pocas veces la meta habrá resultado tan remota e inalcanzable como en esta ocasión”, agregó.

Por su parte, el doctor en Arquitectura Javier Sáez Gastearena, que habló en nombre de sus compañeros, se refirió a ese valor que durante el último año se ha convertido muchas veces “en la piedra angular” del trabajo de los nuevos doctores. “El valor de conservar la sensatez y resistir a la tentación de dejarse llevar. De no ver nada, pero seguir luchando y avanzando; con éxito o no”, resaltó.