La Diputación de Gipuzkoa ha iniciado este lunes las obras de renovación del túnel de Belabieta, el más largo de la A-15 en este territorio, que cuentan con un presupuesto de casi 15 millones de euros y un plazo de ejecución de 10 meses, durante los cuales el tráfico se regulará mediante baipás.

El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, junto a la titular de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, ha visitado este lunes esta infraestructura para conocer in situ la "gran envergadura e importancia cualitativa" de los trabajos de rehabilitación, ha informado la institución foral en un comunicado. El fin de semana el cierre del túnel provocó importantes colas en el acceso a la costa gipuzkoana desde Navarra.

Olano ha recordado que la intervención en el túnel de Belabieta, ubicado en la zona de Elduain, fue uno de los "proyectos prioritarios" relanzados a finales del año pasado, tras el acuerdo en la Comisión Mixta del Concierto Económico que supuso la ampliación del límite de déficit de las instituciones vascas. "Se trata de una de las obras clave promovidas por la Diputación en aras de garantizar una movilidad cada vez más segura, cómoda y moderna. Una actuación cualitativamente relevante desde el punto de vista del equilibrio territorial, de las comunicaciones con Navarra y de la necesidad de contar con una red de infraestructuras avanzadas en el corredor Atlántico", ha afirmado.

El túnel de Belabieta, en servicio desde 1995, cuenta con una longitud de 1.836 metros, dispone de un tubo por cada sentido y se encuentra en la autovía A-15, que registra una intensidad media diaria de más de 14.000 vehículos.

Esta infraestructura forma parte de la red transeuropea y, al tener más de 500 metros, según la Directiva Europea 2004/54/CE deberá cumplir una serie de requisitos de seguridad para garantizar un nivel de protección constante y elevado.

Olano ha explicado que la activación de las obras de Belabieta, junto con las de Azkoitia-Urretxu y del nuevo acceso al Polígono 27 de Donostia recientemente iniciadas -con un presupuesto total de más de 29 millones-, suponen "un espaldarazo a la economía" del territorio.

Estos trabajos, alineados con las exigencias de la directiva de la Comisión Europea, cubren varios frentes, entre ellos el refuerzo de la cubierta, la mejora del revestimiento y la modernización de las instalaciones. La normativa europea recalca que la seguridad de los túneles requiere una serie de nuevas medidas relacionadas con la geometría, su diseño y el equipamiento de seguridad, aunque también con la gestión del tráfico, la formación de los miembros de los servicios de emergencia, la gestión de incidentes o la información a los usuarios.

Oiarbide ha asegurado que se instalarán equipos de la última generación existente para actualizar la gestión viaria, el control de la circulación y aforos. También se actualizará y redistribuirá el sistema de circuito cerrado de televisión para poder instalar un sistema de detección automática de incidentes.

Entre los múltiples trabajos que realizar en el túnel está la inclusión de un sistema de protección contra incendios compuesto por una red de hidrantes a lo largo del tubo y una columna seca en el interior de las galerías, así como la actualización del sistema de comunicaciones con el usuario.

Para poder ejecutar este proyecto será necesario restringir el tráfico por el tubo objeto del proyecto (Andoain-Pamplona) y desviar el tráfico al tubo contrario a través de un baipás. No podrán utilizar este punto los vehículos cuyo volumen supere los 3 metros de ancho y 4,5 metros de alto, ni los que transporten mercancías peligrosas, que deberán tomar vías alternativas.

Tras la adecuación de los dos tubos del túnel de San Lorenzo, la Diputación acomete ahora la obra de Belabieta por lo que en sucesivos años deberá actuar sobre las cinco galerías restantes de la parte guipuzcoana de la A-15 para completar la renovación de los cuatro túneles en los dos sentidos.