El equipo multidisciplinar de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) del Complejo Hospitalario, integrado por profesionales de los servicios de Neurología, Neumología y Nutrición, atendió a 68 pacientes en 2020. Con motivo del Día Mundial de la ELA, que se celebra este lunes, las y los profesionales de este equipo subrayaron la importancia de prestar especial atención a las necesidades nutricionales de las personas con esta enfermedad, ya que “el estado nutricional es uno de los principales factores predictores de la calidad de vida y de la supervivencia de los pacientes con ELA”.

En la Unidad Multidisciplinar de ELA, según ha explicado Salud, se incluye la valoración nutricional desde el inicio de la enfermedad y de forma periódica, revisando y adaptando de forma personalizada el plan dietético, detectando precozmente disfagia (dificultad para tragar) y realizando pruebas complementarias para el estudio de la composición y función corporal. En los pacientes en los que la ingesta no es suficiente o segura, se propone la colocación de una sonda de gastrostomía para administración, exclusiva o complementaria, de nutrición enteral.

Las sociedades científicas y documentos de consenso coinciden en que “la valoración nutricional de pacientes con ELA debe ser precoz y periódica, no solo por la elevada prevalencia de desnutrición de estos pacientes, sino por el hecho de que la desnutrición es un factor predictor de mortalidad: una pérdida de peso mayor del 5-10% y un índice de masa corporal inferior a 18,5 aumenta el riesgo de muerte”, ha indicado Salud.

Así, según ha señalado la doctora Ana Zugasti, de la sección de Nutrición, la ELA tiene un importante impacto sobre el estado nutricional. En estos pacientes la prevalencia de la desnutrición varía entre el 16% y el 55%. Además, el mal estado nutricional afecta negativamente a la fuerza muscular y a la inmunidad, deteriorando el curso evolutivo de la enfermedad.

Son muchos los factores implicados en la desnutrición de pacientes con ELA, tanto en relación con la disminución de la ingesta (disfagia, pérdida de apetito, hipersalivación, afectación del estado de ánimo…) o como consecuencia del incremento del gasto energético. Según algunos estudios, la ingesta calórica es inferior a la necesaria en más del 70% de pacientes, y la dificultad para tragar es el principal determinante de la desnutrición, ya que “afecta a más del 80% de los pacientes”.