Ante uno de los mayores jaques a los Servicios Sociales de la historia provocado por la crisis del covid-19, Navarra pudo aguantar la embestida mejor que otras comunidades, aferrada a un sistema con recursos destinados a los más expuestos a esta pandemia debido a su situación. Los mayores, las personas con discapacidad o las que sufren de una mayor vulnerabilidad económica pudieron percibir la ayuda de uno de los mejores servicios sociales del Estado, con una calificación de "excelente" y una nota de 7,90. Así lo manifiesta el índice DEC, un estudio realizado por la Asociación estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales que analiza 25 indicadores distintos provenientes de fuentes acreditadas como el Instituto Nacional de Estadística, el IMSERSO, el Ministerio de Hacienda o el de Derechos Sociales, desde donde se recogen datos encuadrados en tres ejes: el reconocimiento de derechos y ordenación en el sistema (encuadrados en la letra D), la relevancia económica (E) y la cobertura efectiva de prestaciones y servicios (C).

Atendiendo a los mismos la entidad, experta en el sector, arroja unas conclusiones que dan un serio tirón de orejas a varios territorios como Madrid, Murcia, Canarias y Cantabria, las cuales cuentan con un sistema que consideran "irrelevante". Estas cuatro comunidades, junto a otras siete, empeoran sus datos respecto al año anterior.

Pero el caso de Navarra se encuentra en el plano completamente contrario. La nota de 2020 mejora en 0,75 puntos respecto a la de 2019, logrando además la puntuación más alta desde que se comenzase a elaborar este informe en 2012. Desde entonces, y partiendo de un 6,55; la Comunidad Foral ha ascendido hasta el actual 7,90 gracias a un "incremento tanto en relevancia económica como en cobertura efectiva de prestaciones y servicios", lo que le ha llevado a ejercer "el liderazgo en cuanto a las estructuras del Sistema Público de Servicios Sociales" en el Estado.

LEYES Y GASTO, PUNTOS FUERTES En la elaboración de este estudio la organización destaca varios puntos fuertes, en especial en el apartado D, referente al reconocimiento de derechos y ordenación en el sistema.

En él se destaca que Navarra cuenta con una calificación de "excelente" desde 2017, ya que "cuenta con una Ley que reconoce derechos subjetivos, un Catálogo que la desarrolla, así como una planificación estratégica". Asimismo, se valora que "el Sistema de Atención a la Dependencia está integrado en la red local de servicios sociales" y que hay "vigente un Plan Estratégico o Mapa de Cobertura de Servicios Sociales con aprobación expresa en forma de norma o habiendo pasado por el Parlamento".

Respecto a la relevancia económica (eje D), el trabajo subraya que, a pesar de que en 2018 la Comunidad Foral sufrió un retroceso, desde el año siguiente se recuperó la posición hasta volver a situarse en niveles "muy elevados", logrando mantener la "excelencia". De hecho, los tres indicadores estudiados en este apartado -gasto por habitante y año, porcentaje del gasto sobre el PIB, y porcentaje de gasto sobre el total del gasto corriente- "se han incrementado de manera notable en el último año, hasta alcanzar los niveles máximos y rozando la máxima puntuación posible. En concreto, en Navarra se destinan a servicios sociales 738,2 euros por habitante y año (casi el doble de la media estatal, de 406,3 euros); lo que juntando al Gobierno y a las entidades locales suman un 2,37% respecto al PIB regional -la media del resto de comunidades es del 1,60%-; el promedio también se supera teniendo en cuenta el gasto total de la administración: 1,13 euros de cada 100 son para este sector, por los 9,95 de los demás territorios.

En el último capítulo, referente a la cobertura efectiva de prestaciones y servicios (sección C del índice), los mejores datos se encuentran en aspectos como el ratio de trabajadores técnicos en centros por cada habitante (1 por cada 745 personas); el limbo de la dependencia, que continúa en pleno descenso desde el 33,2% de 2015 hasta el 5,5% actual; así como la cobertura de las rentas mínimas (70,4%, muy superior al 7,9% de media estatal; o las plazas residenciales tanto para mayores como las destinadas para personas con discapacidad, de acogida para mujeres víctimas de violencia de género o las de alojamiento para personas sin hogar.

evolución positiva desde 2012 Atendiendo a todas estas cifras, el informe finaliza otorgando un 9 en derechos reconocidos, un 9,7 en esfuerzo económico y un 6,6 en estructura. A pesar de esta última nota, resalta que "la estructura del Sistema Público de Servicios Sociales en Navarra ha evolucionado positivamente desde 2012", algo logrado especialmente "incrementando la cobertura de sus servicios y prestaciones", lo que ha supuesto "mejorar la eficiencia del sistema, al equilibrar la línea de cobertura con la de relevancia económica, que constituía su desequilibrio de partida".