Tras ocho meses de investigación, colaboración y aprendizaje, la joven pamplonesa de 22 años, graduada en Diseño por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, Aintzane Huarte diseñó una caja nido biodegradable para proteger a especies amenazadas como son el vencejo común - ave migratoria presente en las ciudades - o los insectos saproxílicos - aquellos bichos que dependen durante parte de su ciclo vital de la madera muerta -.

La idea de elaborarla le surgió el año pasado cuando en una de las asignaturas de Diseño de la Universidad de Navarra realizaron un proyecto parecido. "Me gustó tanto la tarea que al final terminó siendo una fuente de inspiración para crear mi Trabajo de Fin de Grado", afirma Huarte, que cree que su caja nido biodegradable puede ser un medio para preservar la biodiversidad por las novedades que presenta.

Por un lado, el diseño de Aintzane permite cambiar de usuario, es decir, la anidadera sugerida está pensada para que tanto el vencejo común como los insectos saproxílicos alberguen. Y por otro lado, dependiendo del animal que vaya a residir, la forma del nido se puede orientar en horizontal o vertical.

"La silueta final es una caja cuyo diseño curvo, inspirado en los mapas de curvas de nivel, permite crear grupos modulares en fachadas de edificios para facilitar la vida en colonias de los vencejos", explica la joven. Y continúa: "El nidal también te permite combinar dos cajas en vertical uniendo los espacios internos para aumentar la capacidad volumétrica, y así hacer posible la habitabilidad de las larvas de los invertebrados saproxílicos".

Para realizar esta propuesta, Huarte se ha puesto en contacto con varios investigadores, ha hecho un trabajo de campo para estudiar el comportamiento de estas especies, ha hablado con ornitólogos y ha colaborado con el centro educativo Salesianos - los responsables de que la idea de Huarte haya sido prototipada-.

CIEN POR CIEN SOSTENIBLE

La anidadera sugerida por Huarte está ideada para ser producida en madera, por lo tanto, no requiere ninguna pieza metálica para su montaje. Su diseño está inspirado en elementos naturales: "No he hecho uso de la cola para montarla, ni tampoco he acudido a la resina o a los tratamientos para mejorar su resistencia a los daños producidos por factores climatológicos. Para su producción he utilizado maderas resistentes como pueden ser la acacia o algunos tipos de pino", explica la joven.

Con el nombre de Construyendo un puente para el futuro, la joven de 22 años presentará su caja nido biodegradable al concurso internacional Cajas nidos para aves. Posteriormente, intentará realizar el máster de la biodiversidad que le otorgaron gracias a su trabajo y elaborará un nuevo Trabajo Fin de Grado relacionado con la conservación de la fauna.

Mientras tanto la pamplonesa piensa testear su diseño para mejorarlo. "Tengo planeado instalarlos, al menos para los vencejos, el año que viene. Es más, me gustaría comecializarlo para que las diferentes asociaciones naturalistas, ayuntamientos, etc. puedan utilizarlo", subraya Aintzane Huarte. Y añade: "Quiero mostrar que el diseño puede ayudar al sostenimiento de especies pero para ello, la sociedad debe normalizar la presencia de las cajas nido biodegradables en las ciudades".