La Presidenta de Navarra, María Chivite, ha visitado esta tarde Villava / Atarrabia y Burlada / Burlata, dos de las localidades más afectadas por el desbordamiento del río Arga, y ha sido informada por las autoridades municipales de los daños causados por la riada. Mañana tiene previsto trasladarse a diversas localidades de la Zona Media y Ribera para conocer los efectos de la avenida, mientras otros miembros del Gobierno acudirán a varias poblaciones que también han sufrido las consecuencias de las riadas.

La Presidenta Chivite, acompañada por el vicepresidente y consejero de Presidencia, Igualdad Función Pública e Interior, Javier Remírez, y la directora general de Interior, Amparo López Antelo, ha visitado esta tarde Burlada y Villava, donde ha sido informada de forma detallada de los daños causados por el desbordamiento del Arga, aún perceptibles en cortes puntuales de luz y la inundación de garajes, por la alcaldesa de Burlada, Ana Góngora, y el alcalde de Villava, Mikel Oteiza.

María Chivite, que ha conversado con concejales de ambas localidades, integrantes de los servicios de emergencias y responsables de las policías municipales, así como con vecinos y vecinas, tiene previsto desplazarse mañana, junto con el consejero de Cohesión Territorial, Bernardo Ciriza y la consejera de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, a diversas localidades de la Ribera afectadas por las avenidas, en concreto Funes, Falces, Tudela, Buñuel y Ribaforada, donde se entrevistará con las autoridades municipales respectivas.

En la cuenca del río Arga, el máximo de la crecida ha registrado el mayor valor en este aforo en los últimos 20 años, y desde el embalse de Eugi se ha reducido el vertido desde 90 hasta 55 m³/s. El pantano ha conseguido reducir el máximo de la avenida en Pamplona en unos 60 m³/s aproximadamente. Por otra parte, la Dirección General de Interior del Gobierno de Navarra y el Servicio de Protección Civil y Emergencias han alertado a los alcaldes y alcaldesas de las localidades situadas en el recorrido del río Ebro con el fin de que adopten medidas preventivas para evitar riesgos entre la población y reducir al máximo posible los efectos de la avenida. El río ya se ha desbordado en varios puntos afectando a las carreteras de la zona, algunas de las cuales ya habían sido cortadas previamente de forma preventiva.