Emilio Valerio tiene ganas de hablar de lo suyo, que ha sido todo un trance desde hace años y que le llevó a sentarse en el banquillo para enfrentarse a una petición de 38 años de prisión. Se le acusaba de a través de sus múltiples empresas familiares defraudar a Hacienda, de que eran mercantiles sin trabajadores y de que no había negocio real detrás. Por ello, Valerio quiere que se visite su hábitat. En 2017 tuvo que dejar la Fiscalía, donde llegó a ser número 2 en Madrid. Fue expulsado por estos negocios. Él ya se sentía una oveja negra del Ministerio Público desde el caso Santi Brouard, dirigente de HB asesinado en Bilbao en 1985, donde ordenó investigar determinados servicios del Estado. Seguro que desde entonces se granjeó enemigos y envidias entre los grandes poderes económicos.¿Considera que su expulsión de la Fiscalía fue injusta?

-Es evidente que fue injusta. A mí se me expulsa por dedicarme a esto (la entrevista es en la bodega). Esto vive de mantener las tierras familiares, de luchar por nuestra tierra. Es evidente que me podía dedicar.

¿Cree que podía hacerlo?

-Todo el mundo puede dedicarse a la explotación de sus tierras familiares. Ese es un principio general que viene en la Justicia europea desde Montesquieu, que deriva de que hay una vinculación con la tierra familiar y hay que cuidarla. No tiene ni un pase. Conozco a fiscales alemanes, magistrados franceses y jueces ingleses, y es muy habitual que procedan de familias vinculadas al núcleo rural y no van a dejar que muera este contexto. Además estaba a 400 kilómetros de mi carrera como Fiscal, yo no lo llevaba directamente, solo apostaba por que no se perdiera el medio rural y en un contexto de envidias y otros intereses llegas a esto. Claro que se puede hacer. Es un principio general de la Justicia europea, si de verdad alguna vez llegamos a tener una Justicia asimilable al mundo más avanzado. La Justicia funciona bien pero tiene puntos en este país muy peculiares. No veo normal que funcione como lo hace la Agencia Tributaria, que se le pague dinero a unos inspectores por llevar a alguien a juicio. Así no puede funcionar este país.

¿Cree que ha sido el caso de los inspectores que han llevado su caso, que cobraron sobresueldo?

-No quiero equivocarme pero creo que concurre esto en todos los inspectores. A ello se une el contexto de las envidias y de tramas vinculadas al urbanismo. Este país tiene muy pocos medios de riqueza, algunos de ellos muy significados y con vinculaciones a veces entre política y Justicia. Déjeme que le cuente una cuestión. La única sentencia que tiene el TC por engaño en los inspectores de las Agencias Tributarias a un contribuyente es en el supuesto de un pobre chatarrero de Pamplona. Esto nos daría que pensar en los métodos que utiliza esta Agencia Tributaria.

¿A día de hoy a qué se dedica?

-Mantengo un despacho de abogados en Madrid y tengo una bodega de vino, un trujal de aceite, una fábrica de cerveza y dos locales de restauración en Pamplona que sirven para promocionar estos productos. Todo eso se lleva en ecológico y tenemos 35 trabajadores. Tratamos de dinamizar el medio rural, promocionar a los chavales de aquí, son unos vinos muy premiados.

¿Qué le ha supuesto este proceso?

-Para mí es inconcebible que la sentencia llegue a reprochar a los inspectores que hablen de una falta de inversiones y que no hayan ido ni a verlas y que les reprochen que no hay trabajadores y no han comprobado ni los TC2 de la Seguridad Social. Me ha supuesto, aparte de un trauma, tener un ictus cerebral por estas cuestiones, e intentar mandar a la ruina estos proyectos. Se me prohibió el primer año exportar vino y se me embargaron todos los bienes. Hubo algo muy bonito: la solidaridad no solo de mi familia, sino de mis trabajadores y mi pueblo, pero no puedo entender una Administración que trata así a quien intentamos luchar por el medio rural. Es incomprensible.

Además del juicio penal ha tenido múltiples procedimientos en lo Contencioso que aún continúan.

-A esos expedientes no les debería quedar camino poque la sentencia dice lo que dice. Manifiesta que son todo vaguedades, que se reproche que no hayan ido a verlos, ni hayan mandado un arquitecto a valorarlo, que se reproche que hayan mentido cuando dicen que no se han aportado proyectos cuando incorporamos 400 y que la sentencia constate que se han retirado del expedientes estos proyectos. Esto me parece muy grave, debe haber una crítica a lo mal que se han hecho las cosas. Hay gente que sufre estas cosas y muere porque no puede aguantar la tensión de alguien que tiene la presunción de veracidad, sin riesgo ni control ninguno, como los inspectores de Hacienda. Estamos a 20 minutos de Pamplona y no vinieron ni a vernos.

Usted ha formado parte del sistema, ¿como ciudadano le preocupa las conclusiones que salen a la luz?

-Precisamente tengo que agradecer a una sentencia tan trabajada, correcta y honesta que exista un sistema judicial en este sentido, pero no puedo decir lo mismo de todo el sistema que me ha traído hasta aquí. Es evidente que hay casos en la Fiscalía y la Administración Tributaria que no responden a un parámetro normal. Yo me dedico a mis negocios familiares, pero también ejerzo como abogado en supuestos parecidos al mío. No quiero que a nadie le pase lo que me ha ocurrido.

En el juicio se defendió a sí mismo. ¿Tuvo dudas de que saliera mal?

-Nunca tuve dudas de que iba con la razón por delante, de que me había trabajado el proceso muchísimo. Tengo la confianza plena en los tribunales. No podía saber que la sentencia fuera tan correcta y contundente y que en un contexto pequeño como Navarra fuera tan valiente la Audiencia en asumir que los que se han equivocado están en la Agencia Tributaria y en la Fiscalía. Lo mejor que puedo hacer es luchar por los demás para que no pase esto. Necesito dedicarme a mis familias y negocios, que puntúen mejor los vinos navarros, se exporten más, trabajar los productos de cosmética, trabajar el aceite... Me parece inconcebible que me pidan 38 años por una ausencia de subvenciones y lo primero que diga la Fiscalía es si fueron a verlos y digan que no. Y que se diga que no hay medios humanos materiales me parece de una perversidad...

"No veo normal que en un país funcione un organismo como la Agencia Tributaria y sus inspectores cobren por llevar a alguien a juicio"

"Tengo una bodega, un trujal, una fábrica de cerveza y dos bares en Pamplona. Nadie vino a comprobarlo, ni a ver a los 35 trabajadores"