- La jueza de lo Penal 1 de Pamplona ha absuelto por falta de pruebas a un joven de 22 años, de origen marroquí, al que le pedían 2,5 años de prisión por un supuesto chantaje a una menor que le denunció por pedirle dinero para que no le enseñara a su madre unas fotos en bikini y tanga que tenía colgadas en su Instagram. Según la magistrada, “no existen elementos objetivos externos que confirmen la versión de la denunciante: no están las fotogafías, no se encontró ninguna en poder del acusado y no las vio nadie más; nadie confirma la conversación inicial en la que se alega que le exigió dinero a cambio de guardar silencio y nadie presenció las entradas progresivas de dinero (tres de 50 euros) de la denunciante”.

La jueza recuerda que las pruebas en el proceso son “insuficientes” para condenar al acusado, pero a su vez matiza que eso no quiere decir que los hechos sucedieran “como indicó el procesado, sino que la falta de elementos objetivos externos y la previa situación de la denunciante en lo que respecta a la relación con su madre, impiden considerar probados los hechos por los que se mantenía acusación”.

La jueza solo declara por probado que “en abril de 2021, la menor, de 15 años, tenía una relación de amistad con el encausado, de 22 años, motivo por el que este tenía acceso a la cuenta de Instagram de ella, que era privado y en ese momento eran cerca de 3.000”. La magistrada recuerda que la denunciante es menor y que en su declaración “denotó un grado de madurez y desarrollo acorde con su edad”. En relación con la existencia de un móvil espurio en su declaración, la jueza explica que “no se acredita que actuara movida por enemistad previa el denunciado”. La defensa del acusado apuntó a que la menor podía tener otra motivación con la denuncia y era ocultar que hubiera cogido 150 euros a su madre en el contexto de una mala relación con ella.

La chica lo negó, pero de las declaraciones de la madre “cabe concluir que existe la posibilidad, por lo menos indiciariamente. Y ello porque la madre afirmó que cuando se percató de que le faltaba el dinero pensó sin género de dudas en que lo había cogido su hija, que pensó en denunciarla a la Guardia Civil, pero que desistió. El agente que le tomó la denunció relató que días antes la menor había desaparecido de su casa, habiéndose activado los protocolos policiales para su localización, dado que pese a que se trató de una huida voluntaria, la menor llegó a mandar un mensaje de SOS que hizo pensar en una desaparición forzosa”. La jueza dice que “no hay prueba plena de este extremo, pero lo cierto es que no hay que desconocer tal circunstancia”.

Finalmente, analiza la declaración de la menor, “razonable, detallada y cronológicamente congruente”, y en la misma afirmó que el acusado capturó fotografías de su story de Instagram cuando aparecía en bikini en el río con unos amigos y que le pidió dinero para no revelar las imágenes”. Expuso la menor que su madre es musulmana y que ella era consciente de que se iba a disgustar mucho si veía dichas fotos y que por ello aceptó el chantaje. El acusado había negado los hechos y la jueza no encuentra prueba suficiente para condenarle.