- Una representación de los logopedas de Navarra acudió ayer a la comisión de Salud del Parlamento de Navarra, donde defendió la necesidad de aumentar las ofertas de empleo público para estos profesionales y distribuir los puestos por toda la comunidad ya que ahora se centralizan en Pamplona. Los problemas que atiende la logopedia suelen conllevar también un problema de “adaptación social”, tanto comunicativo como en la alimentación, algo que le puede suceder a quien ha tenido un ictus, determinados cánceres, alguna parálisis o muchas otras patologías, y por eso el logopeda “trabaja en el ámbito de la salud, la educación y el socioasistencial”, explicó Itxaso Badell.

Badell añadió que en el ámbito de la salud “en Navarra no estamos mal desde la pandemia. Antes había tres para toda Navarra, poquísimo, y ahora son nueve” aunque se han hecho contratos interinos, por lo que confió en que permanezcan y que se extiendan por toda la comunidad ya que en este momento se localizan en Ubarmin y el antiguo hospital Virgen del Camino. En educación en la red pública, precisó, es donde está “el gran problema”: “No hay logopedas, hay maestros de audición y lenguaje” porque “no existe el servicio de logopedia”, y “esto tiene que cambiar” puesto que “el maestro tiene una profesión educativa y atiende población infantil y el logopeda la tiene sanitaria y atiende todo el ciclo vital”, incluida la disfagia “de vida o muerte”. Y en el ámbito socioasistencial el logopeda trabaja en atención temprana, infantil, tercera edad, centros de día, residencias o juzgados “pero faltan ofertas de trabajo”, también en neonatos, donde no existe la logopedia, sí en otras comunidades, y en geriátricos, donde tampoco hay pese a los problemas de broncoaspiraciones que causan muchas muertes, subrayó.

Con 60 logopedas formadas en las distintas especialidades, en ocasiones para ofrecer cuidados paliativos, porque no todo se puede curar pero sí se puede intentar mejorar la calidad de vida, se ven “obligadas” a ser autónomas por la falta de ofertas de empleo, dijo, y reclamó además que Navarra, siendo “puntera” en Medicina, tenga en cuenta el grado de logopedia.

Por Navarra Suma, Cristina Ibarrola puso en valor la rehabilitación integral en trastornos neurológicos en todas las edades que requieren una coordinación y un tratamiento que no siempre está cubierto, como en el daño cerebral infantil adquirido. Patricia Fanlo, del PSN, confió en que el nuevo Colegio Oficial pueda ayudar en las demandas de los logopedas y en la necesidad de aumentar su presencia en el ámbito sanitario y educativo, con lo que coincidió Ana Ansa (Geroa Bai), que subrayó que la profesión es “muy útil en múltiples escenarios”. Txomin González, de EH Bildu, señaló que “las necesidades siguen siendo muy grandes y siguen sin cubrirse”, por lo que apostó por elaborar “unos cronogramas para comprometernos en su implementación y solución”.

Concentración de puestos. Los logopedas defendieron la necesidad no solo de aumentar las ofertas de trabajo para ellos, sino también de distribuirlas por el territorio foral, ya que ahora se encuentran centralizadas en Pamplona.

Adaptación social. Los problemas que atiende la logopedia, aseguraron, conllevan un problema de “adaptación social”, tanto comunicativo como alimentario, como ocurre a pacientes de ictus, ciertos cánceres y parálisis y otras patologías.

Educación pública. En este ámbito denunciaron que “no hay logopedas” sino “maestros de audición y lenguaje” que tienen “una profesión educativa” y atienden “población infantil”, mientras que los logopedas se ocupan en “todo el ciclo vital”, incluyendo atención temprana, infantil, tercera edad, centros de día, residencias o juzgados.