El primer juevintxo que ha vivido Pamplona con restricciones extraordinarias en esta segunda ola de la pandemia y que se concretan en medidas como el cierre de la hostelería a las 22.00 horas se ha saldado sin apenas intervenciones relevantes por parte de la Policía Municipal

de Pamplona.

Los límites de aforos y horarios han causado un efecto disuasorio entre la clientela a los bares y tampoco se ha observado por parte de las patrullas policiales que dicho ocio se haya trasladado al interior de pisos y domicilios particulares.

De hecho, la Policía Municipal solo ha intervenido a las 22.58 horas en un piso del barrio de Iturrama por la presencia de jóvenes en el interior. Ha habido otras tres actuaciones en ruidos, pero más relacionados con problemas domésticos y familiares que con reuniones de personas prohibidas por la nueva normativa foral.

Conviene recordar que desde el día 13 de octubre están prohibidas las reuniones de más de seis personas no convivientes tanto en espacios al aire libre como en fincas o domicilios particulares.