- Un varón de 33 años, Borja Martínez Ruiz, falleció en la madrugada de ayer intoxicado por inhalación de humo en un incendio registrado en su vivienda, en el barrio pamplonés de Mendillorri. Su padre, Julio Martínez, de 64 años, y un vecino de la planta superior, Juan Ramón González, de 83, resultaron igualmente intoxicados y requirieron atención médica como consecuencia del fuego, cuyas causas investiga la Policía Nacional.

El trágico incendio tuvo lugar en un piso situado en la segunda planta del portal número 16 de la calle Concejo de Sarriguren, donde residían el fallecido y su padre. Fue este último el que a las 0.08 horas telefoneó al 112 para comunicar que le entraba humo por debajo de la puerta del dormitorio en el que estaba y que trataba de comunicarse con su hijo sin conseguirlo.

Hasta el lugar fueron movilizados agentes de la Policía Municipal y bomberos del parque central de Cordovilla que accedieron a la vivienda y comprobaron que el fuego afectaba principalmente a una habitación en la que no había nadie. Además, localizaron al alertante en otro dormitorio, en el que se había aislado, y lo evacuaron por las escaleras del inmueble tras colocarle una capucha de rescate con suministro de oxígeno.

En la revisión del resto del piso los bomberos localizaron, en la cocina, situada en el lado de la vivienda más alejado de la habitación incendiada a Borja Martínez, que presentaba quemaduras en las extremidades inferiores y el resto del cuerpo ennegrecido por el contacto por el humo y el hollín. Las maniobras de reanimación cardiopulmonar que le fueron practicadas en el lugar no dieron resultado y los equipos médicos certificaron su fallecimiento.

Por su parte, el padre del joven fue trasladado en ambulancia al Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) con síntomas no graves de intoxicación por inhalación del monóxido de carbono generado por el incendio. Igualmente fue trasladado al CHN el inquilino del piso superior con síntomas leves de intoxicación por inhalación de humo.

Algunos vecinos del inmueble desalojaron voluntariamente sus viviendas hasta que los bomberos apagaron el fuego. El fuego causó daños muy considerables en la vivienda siniestrada, sobre todo en la habitación origen del incendio que resultó completamente calcinada por las llamas.