El alicatado de un baño en un piso de Berriozar en el verano de 2021 terminó este martes con el albañil sentado en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal 1, donde se enfrenta a 15 meses de prisión que le pide la Fiscalía por un delito de abuso sexual, después de que la propietaria del inmueble le denunciara por tocarle el glúteo mientras pasaba de una habitación a otra.

El acusado defendió que en el pasillo tuvo un contacto físico con la mujer, pero que había sido un roce accidental -"la toqué con el dorso de la mano cuando llevaba unas baldosas de un cuarto a otro"- y se cruzó en el pasillo con la mujer, que se encontraba observando el trabajo que había realizado en el cuarto de baño.

La versión de ella es muy distinta puesto que aseguró que "no era un roce, me tocó el culo con toda la palma de la mano, agarrándolo y le dije que cómo podía hacer eso, que era una falta de respeto. Y no llevaba ninguna baldosa encima cuando lo hizo, no iba con nada encima porque si hubiera llevado algo, no me hubiera podido tocar como lo hizo. Además, tuve mucho miedo porque yo estaba sola en casa con él, tenía incluso llaves del piso. Telefoneé a mi marido y él avisó a la Policía. El acusado me dijo entonces que se bajaba al portal a esperarle y hablar con él".

Un policía interviniente testificó que la víctima estaba "muy alterada" cuando ellos llegaron y que el albañil dijo que había sido un accidente. La mujer declaró que tenía miedo a que el obrero tomara represalias en el futuro. Para ella era "un total desconocido", puesto que de hecho había contratado los servicios de otro profesional que fue quien le envió al procesado.

La defensa pide la absolución aludiendo incluso a un motivo espurio como que al encausado no le pagaron el trabajo (3.000 euros) que había hecho (llevaba dos tardes en el piso. Sin embargo, la denunciante aseguró que le abonó el servicio al jefe y que luego tuvo que llamar a otra empresa para acabar el trabajo.