Bruselas - La Unión Europea (UE) confirmó ayer su intención de sellar un acuerdo de libre comercio “altamente ambicioso” con el Reino Unido tras el brexit, sin aranceles ni cuotas para todos los bienes que entren en el mercado único.

“Estamos preparados para ofrecer un acuerdo comercial altamente ambicioso como el pilar central de esta asociación, incluidos cero aranceles y cero cuotas en todos los bienes que entren en nuestro mercado único”, declaró el negociador comunitario para la relación con el Reino Unido, Michel Barnier, durante una rueda de prensa.

El político francés presentó ayer la propuesta de directrices de la Comisión Europea para la negociación con Londres en los próximos meses.

Barnier añadió que el plan de Bruselas también incluye en el acuerdo de libre comercio los servicios, el comercio digital, la propiedad intelectual y el acceso a los mercados de contratación pública del Reino Unido y de los Veintisiete.

Citó otras áreas como la movilidad, el transporte o la posible participación del Reino Unido en programas de investigación o de educación comunitarios, como el Erasmus.

El negociador comunitario reconoció que habrá una “fuerte competencia” entre ambas partes, y consideró que eso es “normal”, pero subrayó que la proposición de la Comisión “deja claro que esta oferta excepcional está condicionada a al menos dos cosas”.

“La primera es que tenemos que asegurarnos de que la competencia es y sigue siendo abierta y justa”, afirmó, y recordó que ya se ha acordado con el primer ministro británico, Boris Johnson, que la futura relación “evitará las ventajas injustas de competencia”.

“Debemos acordar ahora garantías específicas y efectivas para asegurar la igualdad de condiciones a largo plazo. Eso significa mecanismos para atenerse a los altos estándares que tenemos a nivel social, medioambiental, de clima, fiscalidad o ayudas de Estado”, continuó.

Como segunda condición para cerrar el pacto de libre comercio, señaló que ese convenio debe incluir un acuerdo pesquero.

“Este acuerdo debe mantener un acceso continuado y recíproco a los mercados y a las aguas” con unas cuotas establecidas, especificó Barnier.

Según la propuesta del mandato negociador presentada ayer, el acuerdo pesquero debería estar cerrado para el próximo 1 de julio, de modo que pueda entrar en vigor cuando acabe la transición, que en principio concluirá a finales de 2020, y así sea posible fijar las cuotas de peces que se pueden capturar durante 2021.

Barnier avisó de que incluso si se sella el pacto comercial, la situación no equivaldrá a pertenecer al club comunitario. “Tendremos dos mercados separados, en vez de un mercado único”, señaló, y adelantó que se deberán aplicar las reglas para determinar el origen de los productos y las formalidades aduaneras entre el Reino Unido y la UE.

Además, destacó que el acceso al mercado comunitario estará sujeto a una certificación y autorización de mercado, así como a actividades de supervisión, y apuntó, asimismo, que no habrá armonización ni reconocimiento mutuo de reglas.

“Todas las importaciones de bienes o servicios en la UE tendrán que cumplir con las normas de la UE sobre seguridad, sanidad u otros estándares. Como resultado, los bienes que entren en la UE serán por ejemplo objeto de chequeos reguladores”, argumentó.

transición Esa situación deriva de la decisión del Reino Unido de abandonar el mercado único y la unión aduanera tras el 31 de diciembre de 2020, cuando finalice la transición.

Barnier declaró que corresponde al Reino Unido decidir si desea alinearse o alejarse de las normas comunitarias. Por otra parte, dijo que los Veintisiete considerarán si la asociación económica con Londres estará acompañada de equivalencias en los servicios financieros, pero recalcó que ese aspecto no forma parte del mandato negociador.

En el ámbito de la seguridad, el negociador señaló que la lucha contra el terrorismo o la ciberdelincuencia exige “una estrecha colaboración” entre Londres y Bruselas “a medio y largo plazo”, y también apostó por la colaboración frente a las “amenazas para nuestra seguridad exterior que vengan de grupos que buscan desestabilizar nuestras democracias”.

Afirmó que Bruselas desea establecer un mecanismo para el intercambio de datos y una cooperación judicial y policial en materia penal.

Sobre la gobernanza de la futura relación, constató que se necesitan “mecanismos eficaces de resolución de diferencias” que deben cubrir “todos los ámbitos de cooperación económica y de seguridad”.

Se espera que la propuesta de mandato negociador presentada ayer reciba el visto bueno de los estados miembros en una reunión de ministros el 25 de febrero. A partir de entonces, podrá comenzar la negociación con el Reino Unido. - Efe

El derecho a veto continúa. España seguirá teniendo derecho a veto en lo que se refiere a Gibraltar en las negociaciones que la Unión Europea iniciará el próximo mes con Reino Unido para diseñar el marco de su relación futura, del mismo modo que lo tuvo durante las negociaciones del brexit, según recoge la propuesta de mandato presentada ayer por el negociador europeo, Michel Barnier.

Pactos comerciales. El documento presentado ayer recuerda que los líderes de la Unión Europea ya acordaron en noviembre de 2018 que una vez que Reino Unido abandonara el bloque, Gibraltar “no se incluiría en el alcance territorial” de los acuerdos futuros entre las dos partes. Ello, aclara la nota, no condiciona la posibilidad de que los Veintisiete y Londres lleguen a acuerdos “separados” con respecto al Peñón, pero ello tales convenios “requerirán el acuerdo previo del Reino de España”. La Unión Europea tiene, por ejemplo, la competencia para negociar pactos comerciales con países terceros.