La Comisión Europea prosigue sus esfuerzos para limitar el impacto de posibles cortes de suministro de gas ruso en la UE, multiplicando contactos con países productores como Estados Unidos, Azerbaiyán, Qatar y Noruega al tiempo que ultima medidas para intentar abaratar los precios energéticos.

La comisaria de energía, Kadri Simson, recibe este martes al ministro de Petróleo y Energía de Noruega, Marte Mjs Persen, un día antes de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reúna el miércoles en Bruselas con el primer ministro de ese país nórdico rico en hidrocarburos, Jonas Gahr Stre.

Contactos para una crisis de suministro

Estos contactos dan continuidad a los que ya ha mantenido el Ejecutivo comunitario con la propia Noruega y con otros países susceptibles de enviar gas natural licuado (GNL) a la UE pues en torno al 40 % del gas que llega al bloque comunitario proviene de Rusia, del que dependen unos veinte Estados miembros.

Ambas reuniones estaban previstas ya antes de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidiera reconocer este lunes la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en la región del Donbás.

La Comisión abordará también la cuestión energética en el colegio de comisarios de la próxima semana, donde, según el orden del día provisional, está previsto que se estudie una "comunicación" a los Estados miembros que tendrá "algo que ver con el debate sobre la reforma de los mercados energéticos", indicaron a Efe fuentes europeas.

"Pero sobre todo tiene mucho que ver con la necesidad de desvincularnos del gas ruso acelerando la transición a las energías renovables y potenciando otras alternativas", agregaron las fuentes.

A largo plazo, apuesta por las renovables

La estrategia comunitaria a medio y largo plazo pasa por acelerar el despliegue de fuentes renovables y reducir así la dependencia energética de la UE, que gasta cada mes 23.700 millones de euros en importar productos energéticos, según datos de Eurostat del primer semestre de 2021, antes de la escalada de precios.

Pero a corto plazo, el gas es crucial y a un mes de que acabe el invierno, y con las reservas europeas de gas al 31 % frente al 38 % de hace un año, la Comisión Europea continúa sus contactos con países productores de gas para aumentar los envíos a la UE.

Esas reservas, que son ya la primera fuente de abastecimiento de los países de la UE, deberían de bastar para superar el invierno en el hemisferio norte, que no está siendo particularmente frío.

En ese aumento del LNG, el Estado está bien situado para absorber parte de los aprovisionamientos adicionales de gas que lleguen a la UE por barco, ya que tiene una "excelente" red de terminales portuarias, según recordó el lunes la comisaria europea de Energía, de visita en Madrid.

Se calcula que el Estado podría recibir hasta 40 teravatios hora (TWh) de GNL al mes y sólo consume 30 Twh, aunque el desafío sería trasladar el excedente al resto de la UE ya que los gasoductos existentes sólo permiten transportar 5 TWh al mes.

En 2021, las exportaciones rusas de gas natural a la UE ascendieron a 1.550 TWh a través de gasoductos y alrededor de 120 TWh a través de GNL.

Reducir el consumo

Esto implica que alrededor de 1.700 TWh tendrían que ser reemplazados si Rusia detuviera por completo sus exportaciones de gas natural a Europa, según un estudio del centro de pensamiento Bruegel.

Algunas de las dificultades radican en la falta de medios de transporte del gas en estado líquido, problemas legales y económicos con la redirección de los flujos, pues habría que obtener gas contratado en Asia o América Latina, lo que ejercería, además, una presión alcista sobre los precios, ya disparados.

La infraestructura gasística no está diseñada para abastecer a toda Europa central desde el oeste y la conclusión es que la UE no podría sólo aumentar las importaciones de otros proveedores para compensar la ausencia de gas ruso, sino que tendría también que ajustar la demanda, es decir, consumir menos.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE probablemente abordarán en el próximo Consejo Europeo de los próximos 24 y 25 de marzo la cuestión de la energía y la proyección automática de la carestía del gas sobre la electricidad a través del sistema marginalista de precios.