La Unión Europea ha adoptado este viernes la quinta ronda de sanciones contra Rusia que añade a las hijas del presidente ruso, Vladimir Putin, y a más oligarcas a la 'lista negra' europea e incluye, por primera vez, el embargo a la importación de carbón de Rusia en unas restricciones que responden a la masacre de civiles en ciudades a las afueras de Kiev, como Bucha. Las nuevas medidas entran en vigor este viernes tras ser publicadas en el Diario Oficial de la UE. Entre las personas afectadas se encuentran Mariya Putina y Katerina Tikhonova, las hijas adultas del mandatario, en un movimiento en línea con Estados Unidos y en coordinación con los países que conforman el G7.

La nueva tanda de sanciones incluye a 18 entidades y 217 personas, entre los que se encuentran varios oligarcas y empresarios rusos como el CEO de Sberbank, Herman Gref; el magnate de la industria del aluminio, Oleg Deripaska; el principal dueño Polyus Gold, la mayor productora de oro de Rusia, Said Kerimov así como Boris Rotenberg, magnate de las infraestructuras cercano a Putin. Desde que empezó la guerra, la lista de sancionados por la UE asciende a más de un millar de individuos y 80 entidades. El nuevo paquete de restricciones incluye, por primera vez, al sector de la energía rusa a través de la prohibición de las importaciones de carbón del mercado ruso y, por tanto, el cese de los contratos existentes en un plazo de cuatro meses.

La medida supondrá un impacto de 8.000 millones de euros al año para las arcas rusas, según la última actualización de la Comisión Europea, si bien el golpe es relativamente pequeño en comparación con los ingresos por gas y petróleo que representan unos 800 millones al día para Moscú. La quinta ronda amplía además las restricciones al sector bancario ruso, con una prohibición a las transacciones así como la congelación de activos de cuatro bancos rusos clave, Ovkombank, Novikombank, Otkrutie y VTB, el segundo mayor banco del país, una medida con la que Europa busca debilitar al sistema financiero ruso a través de un castigo que afectará al 23 por ciento de la cuota de mercado en el sector bancario ruso, según detalló el Ejecutivo comunitario.

En el aspecto financiero, la UE también ha decidido establecer la prohibición de proporcionar servicios de criptoactivos de alto valor a Rusia para evitar fórmulas de evadir las sanciones y de brindar asesoramiento sobre fideicomisos a oligarcas rusos para dificultar que acumulen su riqueza en el mercado comunitario. Igualmente, el bloque europeo fija un veto a la entrada de barcos con bandera rusa a los puertos de la UE, extendiendo así un veto que ya existe en el campo del transporte aéreo. Las excepciones a esta sanción implicarán a los servicios esenciales como la exportación de productos médicos y de alimentación, ayuda humanitaria y energía.Operadores del transporte por carretera

También veta a los operadores del transporte por carretera de Rusia y Bielorrusia, una medida que limitará "drásticamente" las posibilidades de que la industria rusa tenga acceso a determinados bienes y que incluye determinadas excepciones como a productos alimentarios, agrícolas, ayuda humanitaria y energía. Las sanciones afectarán igualmente a las exportaciones a Rusia de alta tecnología en sectores en los que depende especialmente de la UE, como computación cuántica, semiconductores, catalizadores para la industria del refino, maquinaria sensible y equipos de transporte que infligen un daño en la economía rusa de 10.000 millones de euros. Las medidas punitivas golpearán a las exportaciones de combustible de aviones -queroseno- y aditivos al combustible al mercado ruso, buscando debilitar al Ejército ruso.

Pero no solo eso; la UE establece la prohibición de las importaciones de determinados productos de Rusia, como madera, cemento o los licores o productos del mar como el caviar, para cortar el flujo de dinero entre Moscú y los oligarcas rusos, y abarca a una serie de sectores que movilizan 5.500 millones de euros anualmente. Asimismo, incluye en sus restricciones una medida para evitar la elusión de las importaciones de potasa de Bielorrusia, un polvo blanco que se utiliza como fertilizante. Por último, los Veintisiete han acordado prohibir la participación general de empresas rusas en la contratación pública de los Estados miembros y la exclusión de todo apoyo financiero, sea europeo o nacional, a los organismos públicos rusos.

Petróleo y gas

Aunque por el momento Bruselas no propone tocar el gas, ni el petróleo ruso, por las diferencias existentes entre los Veintisiete, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ya ha avanzado que los ministros de Exteriores del bloque empezarán el debate sobre nuevas sanciones al gas y petróleo ruso en el Consejo de Asuntos Exteriores del próximo lunes. "Antes o después, espero que antes, esto pasará", ha afirmado el jefe de la diplomacia europea antes de participar en la reunión ministerial de la OTAN. Estas declaraciones siguen la línea marcada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien dijo en el Parlamento Europeo que las sanciones al petróleo y al gas "serán necesarias tarde o temprano".

Se trataría de la sanción que más impacto tendría en la economía rusa. Sin embargo, cualquier medida que vaya más allá tendrá que sortear las reticencias de varios socios europeos, después de que Alemania y Austria hayan rechazado cortar de forma inmediata el gas ruso y Hungría haya amenazado con vetar cualquier embargo energético.