Conseguir una medalla de bronce en un Mundial de atletismo con 22 años es un logro a la altura de pocos. Pero ser recibido por todo lo alto, sin importar que la medalla sea de bronce o de oro, o simplemente sin haber recibido la medalla, es algo que no tiene precio. Asier Martínez tiene la suerte de ser medallista y de contar con un entorno que se vuelca en cada competición y en cada logro.

Las bengalas, al igual que cuando regresó de Tokio, no pudieron faltar en el recibimiento al medallista.

Ayer por la tarde, el vallista llegó a Pamplona desde Oregón, tras unas cuantas horas de avión hasta Madrid y tres más de tren hasta la capital navarra. Acompañado por su técnico, François Beoringyan, fueron testigos de como les recibía en la estación una marea de cámaras y flashes. Entre aplausos de viajeros y curiosos, Asier pudo fundirse en un abrazo con sus padres y familiares que le esperaban en el andén.

Asier Martínez posando con sus familiares y con la medalla de bronce colgada al cuello.

“Estamos muy contentos, orgullosos y emocionados”, mencionó su madre, Elena Etxarte que vivió la final con gran emoción. “La carrera la vimos con muchos nervios y queriendo que le saliera todo bien. Era un premio que él estuviera ahí, pero solo queríamos que acabara satisfecho de su carrera y mejor no ha podido ser”.

Los más pequeños no perdieron la oportunidad de colgarse el bronce.

Asier pudo hablar con sus padres nada más acabar la final. “Después de la carrera solo decía que no se lo podía creer, esa era la frase. Estaba muy contento, pero que no se lo creía”, recuerda Elena, que como buena madre, contaba las horas para que su hijo llegase a Pamplona. “Ya teníamos ganas de que estuviera con nosotros”.

Las sorpresas y emociones no habían hecho nada que empezar. Al grito de Asier Martínez oe, Irabazti arte, beti egongo gara zurekin (Asier Martínez oe, hasta la victoria, siempre estaremos contigo), con dos bengalas rojas y una pancarta al más puro estilo de las peñas en Sanfermines, su cuadrilla, Azpi Crew, se encargaron de animar el recibimiento a la salida de la estación. “Ganar una medalla no merece menos. Al final, te despiertas de madrugada, ves las carreras, vives a tope esos trece segundos que dura y para encima sorprende con una medalla. No podemos faltar aquí”, recalca Markel Legorburu, colega de Asier.

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Recibimiento de Asier Martínez

“Antes de correr se dieron varias circunstancias que dijimos: ojo, que aquí puede haber premio. Cuando ganó fue una locura, cada uno lo vimos desde su casa, pero empezamos a bombardear el grupo con mensajes de celebración. Desde que acabó la final ya empezamos a organizar el recibimiento, porque algo había que hacerle”.

Ya es una costumbre que se está convirtiendo en tradición. Después de la final de los Juegos Olímpicos de Tokio, la cuadrilla ya organizó algo por el estilo. De la misma forma hicieron a principios de año con el cuarto puesto en el Mundial de Belgrado de Pista Cubierta. Pero en esta ocasión, había que tirar de originalidad.

Asier Martínez, manteado al llegar a la estación de tren de Pamplona

Asier Martínez, manteado al llegar a la estación de tren de Pamplona Carlos Tamargo

“Con toda esta fama de las peñas que hay en Pamplona, pensamos en hacerle una pancarta, así un poco de coña, con la imagen suya, un mensaje de nuestra parte y las firmas tanto nuestras como del equipo de atletismo, los dos pilares fundamentales. Nos parecía un recuerdo bonito”.

En la pancarta se puede apreciar a Asier pasando una valla en donde se lee Ordago 2022. Al fondo, se dislumbra a un San Fermín con la cara del zizurtarra que exclama: San Dios!!! Pero como corre este txikillo... En la parte derecha, no perdieron la oportunidad de poner una referencia del Swan Team, el grupo de atletas que entrena con Beoringyan. En ella está una foto de un gorila, con otro bocadillo en el que se lee: A estos también los tengo que saltar? Venga no me jodas...!! Que soy un gorila pero... de espalda plateada.

“Me alegro un montón por Asier, por el paso que ha dado y por los retos que ha asumido y todo lo que ha hecho”, comentó orgulloso Jorge Illarramendi, atleta del Grupompleo al que le pilló la final de guardia. “Lo hablé con François y decíamos: Si hace lo que tiene que hacer, va a estar ahí seguro, siempre hay gente que va a fallar. A veces es más difícil meterse en una final que correrla. Si tienes el día puedes sacar la medalla”.

Dicho y hecho. Asier aprovechó su oportunidad para convertirse en el primer medallista navarro en un Mundial, algo que no sorprende a los que le conocen y tienen “la suerte” de haber entrenado con él. “Asier es otro nivel. Es la persona más increíble con la que puedes entrenar, tanto físicamente como mentalmente, en madurez... en todo. El mejor atleta que he conocido tanto compitiendo como entrenando”, finalizó Illarramendi.