ESTELLA-LIZARRA. A pesar de haber jugado ya una final del Europeo con la selección española o una final de la Copa EHF con Itxako en Alemania, la de Vigo sabe que el partido de este domingo en Hungría es muy especial y que todo el mundo del balonmano estará muy pendiente de él. Eso sí, ya avisa de que no hay nada conseguido y de que en el pabellón del Györi tocará sufrir como nunca. Se muere de ganas por saltar al parqué y confiesa que ha llegado a soñar con estar en la final del título más importante del mundo.

La temporada para su equipo no puede ser mejor, tres títulos ya en el bolsillo (Liga, Copa de la Reina y Supercopa de España) y disputando toda una semifinal de la Liga de Campeones, ahí es nada...

Estamos muy contentas con los resultados que hemos obtenido hasta el momento y ahora, a ver si podemos lograr la guinda del pastel, que sería, por supuesto, llegar a la final de la Champions.

Sería poner el broche perfecto a una temporada y también a una trayectoria de ir dando pequeños pasos adelante...

La verdad es que sí; cuando trabajas tan duro y ves que las cosas salen bien y van dan resultado, es muy satisfactorio.

¿Qué partido se espera en Hungría? Fácil, desde luego, no con lo que hay en juego.

Un partido muy complicado; a pesar de que llevamos una renta de cinco goles (26-21) tampoco es demasiado amplia en estas eliminatorias. Allí el arbitraje y la presión del público van a ir en nuestra contra, así que va a ser bastante difícil clasificarse.

¿Les sorprendió el Györi en el partido de Estella? Hubo momentos que no sabían qué hacer con el balón, y supongo que el mérito será de Itxako y de su defensa...

Tengo un poco la duda de si realmente les bloqueamos nosotras o si ellas estaban un poco empanadas, pero creo que sí que nuestra defensa les hizo mucho daño; les bloqueamos y hubo un momento en el que no sabían ni qué hacer. Pero me imagino que para el partido de vuelta se lo tendrán todo muy preparado y será otra historia.

Para una pivote no es fácil tener que bregar con una defensa como la húngara, con tantas torres por el centro...

No, es muy complicado, pero yo creo que hay partidos para todas las jugadoras; y si yo no puedo recibir muchos balones, pues si mis compañeras se pueden aprovechar de mis bloqueos o de que la gente está pendiente de mí, yo encantada. Al final esto es un trabajo de equipo orientado a conseguir el objetivo, pasar a la final.

Volviendo a la renta con la que viajan hoy a Hungría, comentaba el otro día su compañera Andrea Barnó que cinco goles pueden ser un resultado peligroso. Parece claro que no se puede especular y que habrá que ir a ganar...

El marcador es engañoso; como digo, parece que cinco goles son muchos, pero en un momento bajo que tengas se te ponen a cuatro y ni te enteras. Por eso, tenemos que tener mucho cuidado.

¿Considera que es uno de los partidos más importantes de su carrera, porque ha jugado ya unos cuantos de máximo nivel, tanto con Itxako como con la selección?

Para mí personalmente, y creo que también para el resto de mis compañeras, este partido es especial porque es mi primera semifinal de Champions. Es algo muy motivante, no sé, es como un día de fiesta en mi deporte; estoy súper feliz de tener la suerte de jugar esto.

Después del resultado de Estella, ¿se sueña estos días, aunque sea inconscientemente, con una histórica final?

Hombre, lo piensas, te lo planteas y dices: "madre mía, como pasemos a la final..."; pero es muy importante mantener los pies en la tierra, ser frías y seguir trabajando. Tenemos que pensar que todavía no hay nada hecho y hay que mantener la calma.

El año pasado ya jugaron allí, en Györ. ¿Tan espectacular es el ambiente como se ve por televisión, con los aficionados llenando el estadio desde una hora antes de iniciarse el partido?

Sí. Además, es un pabellón que, aunque no es muy grande, es como que te envuelve: el público está muy cerca, se llena, te meten mucha presión...; y la verdad es que impresiona bastante.

Aunque parece que a Itxako esas cosas no le afectan, más bien le pueden motivar...

Yo siempre digo lo mismo, que es muy gratificante jugar en casa, pero al final lo que te motiva es ver las gradas y todo el pabellón lleno. Como estás metida en el partido no te enteras mucho si te animan a ti o van en contra; al final lo que motiva es el ambiente.

Ambros ya ha hecho público un cierto temor por lo que llama circunstancias externas al partido, vamos, por el arbitraje. ¿Qué opina el vestuario después de lo que pasó en Montenegro?

En aquel partido me quedé tan impresionada que la verdad es que voy un poco temerosa de lo que nos vamos a encontrar allí. Pero a la vez creo que lo de Montenegro (en el partido ante el Buducnost de la Main Round) es un punto a nuestro favor, es una experiencia más vivida y de la que tenemos que aprender y poner en práctica en Györ.

Justo cuando acabe su partido empezará la otra semifinal, que de momento no importa demasiado. Pero tras la victoria del Larvik en casa (25-20), ¿cree que son favoritas las noruegas, el Buducnost o le da igual?

No me da igual, sinceramente, prefiero que pase de ronda el Buducnost, pero también creo que el favorito es el Larvik. Si pasásemos a la final me daría igual quién tocase, pero si pudiese elegir preferiría seguro al Buducnost. Ya lo conocemos de la fase anterior y me quedé con ganas de revancha después del partido que jugamos allí en Montenegro.