Hace un par de años, en plena pandemia, Lysa Tchaptchet se vestía con la camiseta roja de las Guerreras para disputar el Europeo de Dinamarca. Ahora, a sus 20 años, la jugadora navarra de origen camerunés, formada en el Beti Onak, vuelve a enfundarse la elástica de la selección para disputar su segunda gran cita continental. Desde hoy y hasta el 20 de noviembre, Eslovenia, Montenegro y Macedonia del Norte acogen el Europeo de balonmano femenino y la jugadora del Vipers noruego, con el que se ha proclamado campeona de la Champions este año, tiene ante sí un nuevo reto en un torneo cuyo campeón se hará además con el billete directo a los Juegos Olímpicos de París.

Es su segunda gran cita internacional con la selección. ¿Cómo la afronta?

–Estoy muy contenta, la verdad. La llamada de la selección siempre es bienvenida, siempre me hace muchísima ilusión. Quiero dar el máximo posible. Esta vez creo que será distinto, porque en Dinamarca todo era muy nuevo para mí. Pero ahora llevo más tiempo con el equipo, entiendo mejor el sistema de juego, he coincidido más con el resto de jugadoras y será algo diferente.

En aquel primer Europeo de Dinamarca decía que tenía nervios por el estreno en un torneo así. Ahora imagino que también habrá nervios, pero de otra índole.

–Sí, exacto. Hay nervios, pero ante todo tengo muchísimas ganas de jugar. El primer partido es ante Montenegro en su casa y contarán con el respaldo del público, pero eso también nos debe servir a nosotras de motivación.

Comenta que ya conoce mejor el juego y a sus compañeras. Después de un tiempo vistiendo la camiseta de la selección, ¿cómo se encuentra dentro del equipo?

–Estoy muy cómoda, la verdad. Cada vez vamos a más y eso se vio en el Torneo Internacional de Torrevieja. Jugamos tres partidos para coger sensaciones de cara al Europeo y nos fue muy bien. Pudimos trabajar todas las fases del juego, algo que nos vino estupendamente de cara a la cita que nos espera. Nos fuimos con buen sabor de boca.

Se le ve más segura sobre la pista. La experiencia que ha cogido tras su salto a Noruega le habrá venido bien.

–Sí, es cierto. Aunque creo que el club es algo diferente a la selección. Sí que es verdad que todo lo que estoy aprendiendo en el Vipers puedo transmitirlo luego aquí, pero quieras o no, una vez que se está en la selección, hay que cambiar el chip. El juego y el sistema es distinto. He ganado en experiencia en Noruega, pero creo que me falta algo más con la selección.

Pero sí es cierto que con su vivencia en otro país y en un equipo como el Vipers ha crecido como jugadora y como persona.

–Totalmente. Estos últimos años han sido increíbles para mí, tanto a nivel deportivo como personal. Son dos facetas que van de la mano. Pero es cierto que estoy muy contenta por estas últimas temporadas en Noruega.

El primer partido de las Guerreras es mañana contra Montenegro. No sé si es bueno o malo comenzar contra un anfitrión o da igual.

–Yo creo que da igual. Al final tienes que jugar contra todas las selecciones. Ellas, incluso, creo que tienen más presión que nosotras, puesto que juegan en casa. En nuestro caso, no tenemos nada que perder. A mí me motiva mucho jugar contra este equipo, que se caracteriza por la garra que tiene. Es muy parecido a nosotras. Así que va a ser un buen primer choque.

¿Qué expectativas se han puesto para este Europeo?

–Debemos ir partido a partido. Poco a poco. Este Europeo es muy importante para nosotras, ya que nos jugamos muchas cosas. Además, es una de las competiciones más difíciles que hay, puesto que todos los equipos son igual de fuertes y no tienes ningún día para relajarte. Ni siquiera te puedes relajar diez minutos en un partido, puesto que puede suponer una derrota. Así que el objetivo es ir partido a partido, superar la fase de grupos y luego ya se verá. La selección está en muy buen momento en cuanto a coordinación y sistema, así que a ver cómo se refleja una vez empecemos.

Será la representante del balonmano navarro. Imagino que también estará contenta por ello.

–Por supuesto, estoy muy contenta y muy feliz.