De nuevo un balón maldito. Una bola que en el último segundo se convierte en gol. Que no sólo resta puntos, sino que merma una confianza demasiado tocada ya. Porque las cosas no acaban de salir bien esta temporada. El Helvetia Anaitasuna se quedó ayer con la miel en los labios después de que Dimitar Dimitrioski, en un lanzamiento final desde el extremo, anotase un tanto que supuso el empate para su equipo, el Recoletas Atlético Valladolid. Un 29-29 que permite a los navarros sumar por fin después de cuatro derrotas, pero que deja un sabor amargo, ya que la victoria estuvo en la mano.

Anaitasuna pudo ganar. A escasos seis segundos para el final, el electrónico marcaba un 29-28. Pero los pucelanos, en ese último ataque a favor, estuvieron más atinados. Y aguaron la fiesta a un conjunto local que de nuevo desperdició una ventaja en la segunda mitad. Que volvió a perder demasiados balones en ataque, donde la ansiedad y los nervios son palpables, y que de nuevo se estrelló contra un muro en la portería rival, en este caso César Pérez, providencial con sus paradas.

En una primera parte más igualada, el Helvetia supo desplegar un mejor juego ante el Valladolid. Borja Méndez, excentral de Anaitasuna, lideraba en ataque a los de Pisonero, que tenían en D’Antino también a su duende goleador. Mientras, el equipo navarro trataba de defender con la mayor lucidez posible y eso beneficiaba a Bar, atinado en la portería.

Los de Quique Domínguez se beneficiaron del arriesgado siete contra seis que desplegó el Valladolid para despegar en el marcador. Los robos defensivos se tornaron en varios goles seguidos desde su propio campo obra de Bonanno, Ganuza o Elustondo, aprovechando la ausencia bajo los palos de Yeray Lamariano, guardián en este primer tiempo. Esto posibilitó una renta máxima de tres goles (15-12, m.24) que rompía la igualdad reinante hasta entonces y que finalmente se redujo a dos al descanso (17-15).

Sin embargo, en la segunda mitad volvieron a resurgir los fantasmas que acompañan al Helvetia esta temporada. Gastón, enchufado con sus goles, llevaba el peso ofensivo para Anaitasuna en los primeros compases y los navarros gozaban de una renta de tres dianas de lo más esperanzadora (23-20, m.46). Pero entonces apareció César Pérez en la meta rival, acompañado del buen hacer en el ataque de Freitas o Miguel Camino. También las pérdidas de balón. A falta de diez minutos, el Valladolid se ponía por delante (24-25) y los nervios afloraban. Aun así, Anaitasuna se repuso y logró ponerse a dos goles (29-27), que finalmente se redujo a uno, cuando a falta de 33 segundos Domínguez pedía tiempo muerto. El balón que podía haber supuesto el 30-28 se topó con César, que dio un último ataque a su equipo y ahí Dimitrioski, tras dar instrucciones Pisonero para esa acción, no falló. Empate a 29 y el viernes toca el Barça.

  • Un final “terrible”. Quique Domínguez ya no sabía qué explicación encontrar a lo que viene sucediendo. “No sé muy bien qué decir, porque la historia se nos viene repitiendo demasiado”. En opinión del técnico, “siempre” hay un tramo del partido “en el que no luchamos contra el rival, sino contra nosotros mismos”. Y habló también de los “fantasmas” que se han instalado “en el subconsciente”. “En las segundas partes venimos de estar por delante y siempre aparece el portero rival. No hemos sabido matar el partido y el final es terrible”. En su opinión, sólo queda “dar por bueno el punto” y “seguir trabajando, seguir unidos y mirar para adelante”.

FICHA TÉCNICA

  • HELVETIA ANAITASUNA (17+12) Juan Bar, Gastón (5, 4p), Bazán (2), Meoki (3), Chocarro (2), Bonanno (3) y Elustondo (3) –siete inicial–. También jugaron Cancio, Ganuza (2), Edu Fernández (1), Castro (2), Aitor García (5) y Pinto (1).
  • RECOLETAS ATL. VALLADOLID (15+14) Lamariano, Borja Méndez (6, 3p), Álvaro Martínez (4), D’Antino (5), Miguel Camino (4), Pablo Herrero (2) y Dimitrievski –siete inicial–. También jugaron César Pérez, Freitas (3), Pedro Martínez (1), Dimitrioski (3), Rosell (1) y Gonzalo Díez.
  • Marcador cada cinco minutos 2-3, 4-4, 6-7, 9-10, 15-13 y 17-15 (descanso); 19-16, 21-19, 22-20, 24-25, 28-26 y 29-29 (final).
  • Árbitros Alejandro Hoz Hernández y Axel Riloba Pereda (Cantabria). Excluyeron a Bazán por los locales y a Rosell y Pedro Martínez por los visitantes.
  • Pabellón Anaitasuna. 514 espectadores.