En esta cuenta atrás que es la segunda vuelta de la Liga, en la que cada uno se juega el todo y más, cada punto vale oro. Y si es contra un rival directo, lo que está sobre la mesa es ya una mina entera. Esto le ocurre al Helvetia Anaitasuna, que este domingo recibe en La Catedral al Impulse BM Guadalajara (12.30 h), con el que comparte la pelea por mantenerse en la máxima categoría del balonmano. Apenas dos puntos separan a ambos equipos, con ventaja para los navarros, por lo que un triunfo supondría coger aire y marcar distancias con un rival que, cuidado, fue capaz de ganar en la ida.
Los de Quique Domínguez afrontan este primer partido del año en casa con la confianza por las nubes tras el valioso y peleado triunfo en la pista del Viveros Herol Nava, que más allá de dos puntos importantísimos dejó constancia de la actitud competitiva, la intensidad y la fuerza de un equipo que no siempre ha visto recompensado su esfuerzo esta temporada. Una victoria “que nos ha reforzado”, según expresaba el técnico pontevedrés esta semana al hablar del partido ante el conjunto alcarreño.
“Sería buenísimo encadenar dos partidos ganando, porque de repente saltas tres puestos y, otro equipo quizás más desahogado ve que estás ahí. Hay muchísima igualdad”, apuntaba Domínguez, quien reconocía la importancia que supone puntuar ante un rival como el Guadalajara. “Si tú sumas ellos no lo hacen, por lo que es verdad que te alejas un poco. Queremos ganar, son dos puntos importantes, ante un equipo que está pegado a nosotros en la clasificación. Pero nos quedan luego otros 13 encuentros y cada uno va a ser trascendental”, advertía.
Y es que a día de hoy, el Helvetia Anaitasuna –que no podrá contar de nuevo con el lesionado Ernesto Goñi– refleja 10 puntos en su casillero. Dos más que el Impulse BM Guadalajara, inmerso en puestos de descenso, que está con 8.
El conjunto de Juan Carlos Requena es uno de los más goleados de la Liga Plenitude Asobal y su máximo artillero es el joven central Alberto Serradilla, autor de 62 dianas. En la ida, el conjunto alcarreño se impuso por un doloroso 32-29, pero la estadística refleja que no se le dan nada bien las visitas a Pamplona. No ha ganado en ninguna de ellas –ha sacado tres empates– y el último enfrentamiento, que se remonta a noviembre de 2022, se saldó con un 38-30 a favor de los navarros. Esta vez recalará en Anaitasuna con una buena dosis de moral, tras vencer en la última jornada al Benidorm con contundencia (37-31).
Domínguez confía al máximo en los suyos. “Sigo pensando que la fortaleza de este equipo está en el colectivo. Nos apoyamos mucho unos en otros. Los jugadores están con un nivel de compromiso, de unión, de cohesión y de sacar esto adelante muy grande, y eso creo que es uno de nuestros puntos fuertes, sin duda”.