Helvetia Anaitasuna desciende y Navarra se queda sin balonmano masculino de élite por primera vez en 30 años
Los de Quique Domínguez hacen los deberes ante el Cangas, pero los resultados de los rivales no acompañan y pierden la categoría después de 14 temporadas en Asobal
Rostros de desolación por parte de los jugadores de Anaitasuna, que han consumado el descenso
HELVETIA ANAITASUNA 37
FRIGORÍFICOS MORRAZO 34
Helvetia Anaitasuna (20+17) Marcos Cancio (portero), Alonso Moreno (1), Martín Ganuza (5), Samu Pereiro (6), Aitor García (5), Xavi González (5) y Aitor Albizu (2) –siete inicial–. Dani Santamaría (portero), Ernesto Goñi, Mikel Redondo (1p), Oleg Kisselev, Pablo Castro, Marco Moreno (7), Nico Zungri (5), Julen Elustondo y Pablo Itoiz.
Frigoríficos Morrazo (16+18) Mateo Pallas (portero), Aron Díaz, Martín Gayo (1), Manuel Pérez (4, 1p), Rares Fodorean (2), Omar Sherif (8) y Gael (6) –siete inicial–. Luka Krivokapic (portero), Javier Fernández (portero), Essam (1), Thymann (1), Toth (8, 6p), Santi López (2) y Martín Fuentes (3).
Marcador cada cinco minutos 3-2, 7-6, 9-7, 12-9, 15-14, 20-16 (descanso); 23-20, 25-21, 26-25, 30-27, 34-31 y 37-34 (final).
Árbitros Alejandro Hoz Fernández y Álex Riloba Pereda (Cantabria). Excluyeron por los locales a Kisselev, Redondo, Pereiro y Pablo Castro. Kisselev fue descalificado tras ver tres exclusiones; por los visitantes a Santi López, Essam, Omar, Gael y Fodorean.
Pabellón Anaitasuna. 1.796 espectadores. La mejor entrada de la temporada.
Tristeza, desolación e incluso incredulidad. Todos esos sentimientos y muchos más se agolparon este domingo sobre la pista del pabellón Anaitasuna, una vez finalizó el partido ante el Frigoríficos Morrazo. Jamás una victoria dolió tanto. Porque los navarros del Helvetia cumplieron con la parte que les tocaba en la última jornada de la competición, si bien dependían de otros resultados. Ganaron por 37-34 al conjunto gallego, que no se jugaba nada, pero las derrotas del Ángel Ximénez Puente Genil en su feudo ante el Bidasoa Irun (33-25) y del Bada Huesca en la pista del Villa de Aranda (28-34) acabaron por condenar al descenso a los de Quique Domínguez. Junto a ellos bajará a División de Honor Plata el Servigroup Benidorm, al que tampoco le sirvió de nada su triunfo ante el Nava (30-23) y terminó colista. El Impulse Guadalajara será el equipo que dispute la promoción por la permanencia esta misma semana ante el Burgos, tras perder contra el Granollers (39-33).
Antes de que la bocina sonase anunciando el final del encuentro, las lágrimas ya eran visibles en el banquillo navarro. A Xavi González le resultaba imposible contenerlas. El foco del partido estaba en La Catedral, pero también se jugaba en otras pistas. Y eso es lo que acabó lastrando. No había consuelo posible para un equipo que durante toda la temporada se ha dejado el alma sobre la cancha, que ha competido ante cualquiera que estuviese enfrente, pero que sin duda también ha cometido sus fallos, sus a veces incomprensibles errores, y eso ha acabado por condenarle a la segunda categoría del balonmano masculino después de 14 años en la elite.
Sabiendo que se jugaba la vida, Anaitasuna salió concentrado, imprimiendo su ritmo ante el Frigoríficos Morrazo de Nacho Moyano, que la próxima temporada dirigirá al Helvetia en la Plata. Los goles de Xavi González, Samu Pereiro y Aitor Albizu levantaban a una grada a rebosar, que acompañó a su equipo en un momento tan delicado. Los gallegos, que llegaban a Pamplona matemáticamente salvados, no renunciaban a hacer su partido y Rares Fodorean puso por primera vez por delante a los suyos a los seis minutos (3-4).
El Helvetia no perdía la perspectiva y Ganuza, que volvió a reivindicarse sobre la pista con su calidad y efectividad desde el extremo, igualaba de nuevo la contienda. Las intervenciones de Marcos Cancio comenzaron a dar alas a los navarros y poco después Marco Moreno, muy resolutivo, permitía a su equipo recuperar la ventaja en el marcador (7-6, m.9).
Sin fortuna desde los 7 metros
No fue un día con excesiva fortuna desde el punto de los 7 metros y tanto Xavi González como Mikel Redondo y Alonso Moreno llegaron a errar ante un portería que estuvo defendida durante el encuentro por tres guardametas diferentes: comenzó bajo los palos Mateo Pallas, le sustituyó posteriormente Luka Krivokapic y el último en entrar a escena fue el joven Javier Fernández.
La cosa pintaba bien y mediado el primer tiempo, Anaitasuna llegaba a ponerse con hasta cuatro goles de renta gracias a la efectividad de Nico Zungri (11-7). Pero el ojo estaba puesto también en otros feudos y las noticias que llegaban no eran buenas. El Puente Genil vapuleaba al Bidasoa Irun, con unas rentas que se fueron incrementando durante el partido hasta los nueve goles. Y el Bada Huesca vencía, por menos diferencia, en Aranda.
Los de Quique Domínguez seguían a lo suyo, pero veían cómo el Cangas se acercaba peligrosamente basándose en las intervenciones de Mateo Pallas bajo los palos, que acababan traduciéndose en goles. Tras ponerse el conjunto gallego a un solo gol (15-14, m.24), el Helvetia despertó y, liderado por Marco Moreno en el ataque y por Cancio en la portería, abría brecha de nuevo. Al descanso el resultado era de 20-26 y en ese mismo momento era equipo de promoción. El Puente Genil ganaba 18-10 al Bidasoa, pero el Huesca perdía en Aranda (16-14).
Cambio de guion
El segundo tiempo empezaba con buenos augurios y más cinco en el marcador. Pero los nervios empezaron a aflorar. Anaitasuna no supo sacar provecho de una doble inferioridad del Cangas, que poco a poco fue comiéndole el terreno. La ansiedad fue palpable desde los 7 metros, donde los de Domínguez volvían a errar. Javier Fernández quería demostrar su valía bajo los palos del conjunto de gallego y lo hizo, ante un Helvetia además que en el m.46 se quedaba sin la solidez defensiva de Kisselev, que veía su tercera exclusión cuando el marcador reflejaba un 27-25.
El equipo de Nacho Moyano sí aprovechaba sus superioridades y se ponía a sólo un gol, poco antes de encarar los últimos diez minutos del partido. Anaitasuna reaccionó, con Pereiro en estado de gracia en el ataque, y empezó a recuperar sus ventajas. Pero la alegría de ver cómo cada balón entraba directo a la red no iba acompañada de noticias halagüeñas por Córdoba y Aranda. El Puente Genil iba ganando de calle y el Bada Huesca también, aunque con menor contundencia.
Sonaba la bocina en Anaitasuna. Victoria por 37-34. Pero sus rivales directos habían cumplido también y se hacían con la permanencia, mientras que los navarros certificaban el descenso a Plata.
Lo bueno de las historias es que sólo terminan si se les pone un punto y final. Pero esta tiene un punto y seguido, aunque no en las páginas deseadas. Vendrán nuevos capítulos. Todo esto pasará.