El frío, la falta de luz y los días cortos del invierno nos dejan poco tiempo, y menos ganas, de salir a pasear. Las bajas temperaturas invitan a atrincherarse en casa, al abrigo de la calefacción, y limitan nuestra actividad a recorrer varios metros pasillo arriba, pasillo abajo. La rutina nos arrastra y las horas que pasamos trabajando o realizando las tareas del hogar nos privan día a día del necesario contacto con el campo.  

Ahora que la primavera ya está aquí, es momento de ganar el tiempo perdido y de salir a disfrutar de la naturaleza. Salir a pasear al aire libre es una muy buena opción, ya que es además una actividad muy saludable, o por lo menos así lo dice la ciencia. Distintos estudios apuntan los importantes beneficios que le brinda la naturaleza a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Algunos de ellos son:

1- Mejora la salud mental. (Universidad de Glasgow). Las personas que caminan al aire libre, pasean en bici o corren en la naturaleza tienen menor riesgo de sufrir problemas de salud mental que quien hace deporte en interiores.

2- Reduce el estrés. Un estudio realizado en Japón concluye que caminar entre árboles, así como los sonidos y los silencios de la naturaleza, reducen el estrés y ayudan a gestionarlo, bajan la presión arterial y protegen de la depresión. También son importantes los olores, ya que los árboles y las plantas emiten fitoncidas, un compuesto orgánico que ralentiza la respiración y reduce la ansiedad.

Una pareja pasea con su perro por un paisaje nevado. Freepik

3- Alivia la depresión. (Universidad de Michigan). Pasear al aire libre está vinculado con una mayor positividad, mejorando así los niveles de depresión y de estrés. 

4- El agua, un antidepresivo natural. (Universidad de la Escuela de Medicina de Exeter en Inglaterra). Los iones negativos del agua son antidepresivos naturales, por lo que pasear cerca de lagos, ríos o arroyos es muy beneficioso para la salud emocional. Si además hace buen tiempo y puedes darte un chapuzón en ellos, los beneficios aún serán mayores, ya que los vasos sanguíneos se dilatarán por el agua fría, el cuerpo expulsará toxinas y liberará endorfinas, lo que hará que te sientas bien.

5- Reduce el riesgo de Alzheimer. (Universidad de Virginia en EEUU). Tras estudiar a un grupo de hombres con edades comprendidas entre los 71 y los 93 años concluyeron que los que caminaban a diario al aire libre tenían un 50% menos de posibilidades de sufrir Alzheimer comparado con aquellos que no caminaban.

6- Mayor creatividad. (Universidad de Utah). Interactuar con la naturaleza permite al cerebro descansar de la sobreestimulación a la que está sometido a diario y mejorar la creatividad. 

7- Sistema inmunitario. (Universidad de Harvard). Caminar estimula el sistema circulatorio, pero también la formación de glóbulos rojos y blancos defensores de nuestro sistema inmunitario. El estudio concluye que quienes caminaban 20 minutos al día durante 5 días a la semana padecían un 43% menos de resfriados y gripe que aquellos que no andaban nada.  

Una mujer camina abrigada por un bosque. Freepik

8- Reducción de la miopía. (Universidad Sun Yat-sen de China). Los escolares que habían pasado más tiempo al aire libre y expuestos al sol presentaban hasta un 30% menos de casos de miopía que los que pasaban más tiempo en espacios cerrados.

9- Ayuda a dormir mejor. Al caminar se libera serotonina, un neurotransmisor que ayuda a la producción de melatonina, hormona que regula los ciclos del sueño.

10- Aumenta los niveles de vitamina D. La vitamina D es clave para el buen desarrollo del cerebro y se obtiene de los rayos ultravioleta del sol.

Salir a dar una vuelta o a que te dé el aire es siempre una buena opción y si es en un entorno natural, todavía mejor. Haga fresco o calor, haga viento o llueva, vence a la pereza y sal a empaparte de todos esos beneficios que te están esperando ahí fuera.