Con la llegada del buen tiempo y con las vacaciones a la vuelta de la esquina comenzamos a soñar con esos días de playa y de pisicina, tostándonos al sol y tomando una refrescante bebida en la tumbona mientras leemos o consultamos el móvil. Sin embargo, esta situación tan placentera no está exenta de peligros para nuestra piel. 

En la mayoría de los casos, hará ya muchos meses desde la última vez que nos tumbamos al sol y nuestra piel estará muy sensible. Si lo cogemos con demasiadas ganas y no medimos bien el tiempo de exposición, nos acabaremos quemando. No utilizar crema protectora o no usarla de la forma adecuada también nos puede provocar quemaduras, desde las más leves (el típico enrojecimiento conocido como eritema solar) hasta las más graves. 

Si te has descuidado y has pillado una buena quemadura y todavía te quedan unos cuantos días de vacaciones al sol, hay una serie de cosas que no debes hacer para no empeorar aún más el quemazo. Estas son: 

1- Seguir tomando el sol. Evita la exposición solar hasta que la quemadura se haya curado por completo. Cambia el sol por la sombra, cubre el área afectada y aplica crema solar de factor 50 en las zonas que queden al descubierto.

2- Días nublados. La radiación ultravioleta atraviesa las nubes, así que también debes tener cuidado de cubrir las partes quemadas cuanto te expongas al sol en días en los que el cielo esté cubierto.

Dos niñas y un niño juegan con la arena en la playa. Freepik

3- Perfume. Además de ser una de las causas de la aparición de las manchas solares, exponerse al sol con perfume en la piel hace que esta sea más propensa a quemarse. 

4- Maquillaje. Si te has quemado el rostro, tu piel necesita un tiempo para recuperarse y cicatrizar. Si te maquillas, tus poros se cerrarán y si tus útiles de maquillaje además no están muy limpios aumentará el riesgo de que puedas sufrir infecciones o alergias.

5- No secarte tras el baño. El efecto lupa de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los fotoprotectores, aunque estos sean resistentes al agua.

6- Ducha o baño de agua caliente. Una piel irritada por el sol estará más seca y al contacto con el agua caliente aumentará la sensación de ardor y puede provocar la formación de ampollas. Lo mejor es darse una ducha con agua tibia.

7- Aplicar hielo. El frío extremo aplicado directamente en la piel puede dañarla todavía más. Puedes colocarte compresas frías envueltas en telas suaves.

8- Arrascarte o quitarte la piel. Puede ser tentador, pero esto puede aumentar el riesgo de infección. Espera a que la piel se caiga por si sola.

9- Medicamentos. Tomar un antiinflamatorio para aliviar la molestia de una quemadura no es buena idea, ya que algunos analgésicos como el ibuprofeno pueden provocarte fotosensibilidad. Si tomas antibióticos o antidepresivos tu piel también puede estar más sensible y quemarse con más facilidad. 

10- Productos irritantes. Huye de lociones perfumadas, cremas con alcohol o productos con ingredientes agresivos. Utiliza productos suaves y calmantes como el aloe vera o cremas hidratantes sin fragancia. 

Una mujer se aplica en el hombro crema con protección solar. Freepik

11- Ropa ajustada. Si llevas prendas demasiado apretadas o ásperas que rocen la piel atraparán el calor de la quemadura y aumentarán la inflamación. Opta por ropa suelta y de tejidos suaves que no roce directamente sobre la piel afectada. También debes tener en cuenta el color de la ropa ya que cuanto más oscuro sea, mejor bloqueará la radiación solar.

12- No beber agua. Si has sufrido una quemadura, bebe mucha agua ya que la zona dañada atraerá mucho líquido y podría causarte deshidratación. Hidrata también la piel quemada para aliviar su sequedad.

Recuerda que la prevención es fundamental para evitar las quemaduras solares. Usa el protector solar más adecuado para tu tipo de piel y elige la sombra para las horas de mayor radiación solar. Además, si la quemadura es grave busca urgentemente atención médica para que el profesional evalúe la situación y ponga el tratamiento necesario.