Paula Badosa se encuentra disputando el Open de Miami, un torneo WTA 1.000 en el que su primer partido ha vivido un momento inesperado que ha ofrecido unas imágenes difíciles de ver en una cancha de tenis. La catalana, que ha pasado de ronda, se enfrentaba a la alemana Laura Siegemund. Tras ganar en el tie break el primer set y perder el segundo, en el tercero y definitivo vencía por 3-0 cuando su rival solicitó asistencia médica.

Entre lo que tardó la fisioterapeuta en aparecer y el tiempo que necesitó para encontrar un lugar donde atender a la germana (que se dolía del muslo), a la que al final trató fuera de la pista, el juego estuvo parado 15 minutos. Badosa se estaba quedando fría y trataba de evitarlo golpeando la pelota con su raqueta.

Entonces el árbitro le propuso pelotear con alguien y quien se ofreció para hacerlo fue un recogepelotas que no era precisamente un niño o una niña, sino que ya hace tiempo que había pasado la adolescencia. No le pudo la presión por la rival que tenía delante y por estar en una gran pista y ante numeroso público, y fue capaz de intercambiar varios peloteos con la española.

Finalmente Siegemund regresó a pista, pero acabó derrotada con un 6-2 en el último set en un encuentro que a Badosa le resultó más complicado (y extraño) de lo previsto.