Trump rocía con su perfume a la delegación siria y pregunta esta impertinencia al presidente

Este lunes Donald Trump, presidente de Estados Unidos, recibió a su homólogo sirio, Ahmed Al Sharaa, un excombatiente rebelde que fue detenido por fuerzas estadounidenses en Irak en 2005 por sus vínculos con Al Qaeda (EEUU llegó a poner un precio de 10 millones de dólares por su cabeza) y a quien Washington presenta ahora como "un líder fuerte".

Era la primera vez que un presidente sirio era recibido (eso sí, a puerta cerrada) en la Casa Blanca desde la independencia de Siria de Francia en 1946, y Trump quiso elogiarlo en la rueda de prensa posterior en el Despacho Oval. "Es un hombre fuerte, viene de un lugar muy difícil y es un hombre duro. Me cae bien. Me llevo bien con él, y haremos todo lo posible para que a Siria le vaya bien, porque forma parte de Oriente Medio y era un lugar increíble con gente maravillosa. Queremos que Siria sea un país exitoso, y él puede lograrlo", afirmó.

Un perfume y una pregunta

Todo buenas palabras, pero tratándose de Trump tenía que hacer algo que se saliera del guion esperado y llamara la atención. Y lo hizo. Recibió a la delegación siria, que llegó trajeada, rociando a todos con una buena cantidad del perfume que él mismo comercializa sin consultarles si así lo querían. “Esta es la mejor fragancia”, aseguraba mientras los rociaba sin parar.

Y no se conformó con eso, porque inició una surrealista conversación con el presidente sirio. “Aquí tienes otra botella para tu esposa”, le anunció. “¿Cuántas esposas tienes?”, le preguntó. “Sólo una”, respondió Al Sharaa, algo que sorprendió a Trump, que al parecer daba por sentado que era polígamo. “¿Sólo una?”, insistió, para rematar con: “Bueno, con vosotros nunca se sabe”.

Presidente interino

Al Sharaa ejerce como presidente interino de Siria desde el 29 de enero tras liderar las fuerzas rebeldes que derrocaron a Bashar al Asad en diciembre de 2024. La reunión en la Casa Blanca se produce después de que Estados Unidos levantara las sanciones impuestas a Siria durante décadas, bajo el gobierno de la familia Assad, y mientras Al Sharaa busca la derogación definitiva de las restricciones que aún afectan la inversión extranjera y la reconstrucción del país.

El gesto de la Casa Blanca simboliza un cambio importante en la política estadounidense hacia Siria tras años de sanciones y aislamiento diplomático, y marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y Siria, con potencial impacto en la estabilidad de Oriente Medio y en los esfuerzos conjuntos contra Estado Islámico.