Los Juegos Olímpicos de Barcelona supusieron una revolución tanto en la capital catalana, que se actualizó notablemente antes de que el mundo pusiera sus ojos en ella, como en el deporte español, que pegó un salto de calidad gracias a las ayudas a los deportistas. Unos Juegos que fueron calificados como los mejores del mundo hasta la fecha y que Sevilla y Madrid trataron de acoger muy pocos años después, con lo complicado que es que un país pueda repetir en un periodo de tiempo tan corto.

Mascota exitosa

En esos Juegos hubo un personaje que se ganó el cariño de la gente: Cobi, la mascota oficial, que fue presentada en marzo de 1998. Creada por el diseñador Javier Mariscal, representaba a un perro de estilo cubista, que estaba inspirado en la raza del pastor catalán. Su nombre derivaba de las siglas del Comité Organizador de las Olimpiadas de Barcelona (COOB).

De lo que casi nadie se acuerda es de que en junio de 1991 hubo una presentación de Cobi a nivel internacional que se realizó en Nueva York y cuyo acto estuvo protagonizado por Donald Trump, hoy presidente (por segunda vez) de Estados Unidos, convertido en el enemigo de medio mundo por sus recientes aranceles, y entonces un empresario de éxito con una vida un tanto tormentosa y habitual de la crónica social.

¿Qué hace Trump con 'Cobi'?

En las últimas horas se han vuelto virales en las redes sociales unas imágenes del archivo de TV3 en las que se hacían eco de esa presentación de Cobi a cargo del magnate. La televisión autonómica catalana recordaba este domingo el momento a través de la cuenta de X de su departamento de Documentación y ha sorprendido a muchísimas personas.

Un Cobi inflable de 8 metros aparecía en la terraza del Hotel Plaza, en el corazón de Manhattan, entre Central Park y la 5ª Avenida. “El presentador era un millonario famoso y conocido de las revistas del corazón”, afirmaba Joan Nogués, el corresponsal de TV3 en Nueva York, teniendo que explicar quién era el personaje, y ampliando la información. “Trump es el propietario, dicen que arruinado, del Hotel Plaza, de otros hoteles, casinos y apartamentos y del 40% del puente aéreo entre Boston, Washington y Nueva York. Algún dinero le debe de haber quedado, porque para divorciarse de Ivana Trump ha debido de pagar recientemente unos 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros)”, añadía.

Ahí aparecía Trump, más joven y menos naranja, para dar su discurso. “He venido a dar apoyo y a desear éxito a los representantes de los Juegos Olímpicos de 1992 de Barcelona. Nos satisface haber podido presentar por primera vez en Estados Unidos a la mascota Cobi”, afirmaba el hoy inquilino de la Casa Blanca.