Nadie como Vollering, reina por tercera vez de la Itzulia Women
La neerlandesa, la mejor ciclista del momento, se corona por tercera vez en la Itzulia Women tras una exhibición sensacional en el final de Donostia, donde el podio final lo componen Bredewold y Van Dam
Se entregaba laItzulia Womena su desenlace en su tercer acto en Donostia, donde se promovió la ceremonia de coronación de Demi Vollering, campeona por tercera vez de la carrera vasca después de una resolución frenética. Vollering, reina de Euskadi. La Itzulia Women es su latifundio. Territorio conquistado en 2022, 2024 y 2025. Ninguna como ella.
La neerlandesa corre contra sí misma. Se exhibió, abrumadora, en Mendizorrotz para someter a todas sus rivales. Certificó su superioridad, aplastante en la montaña más afilada. Allí, troceó a Bredewold, que tuvo que ceder ante una ciclista que corre en otra dimensión. Aplacada cualquier disidencia en Mendizorrotz, la neerlandesa desenrolló la alfombra roja para su paseo triunfal por Donostia como si fuera una estrella del Festival de Cine.
Vollering, la principal luminaria, iluminó la Itzulia Women con su tercera corona. Tres veces reina. En el podio le acompañaron Mischa Bredewold, a 48 segundos, y Sarah Van Dam, segunda en Donostia, a 1:01. En el día que todo lo resolvía, con los cuerpos al sol en un mayo que era verano en primavera, Vollering resplandeció más que ninguna.
Usoa Ostolaza, que no tuvo su mejor día, y Ane Santesteban, banderas del Laboral Kutxa, completaron una buena carrera durante los tres días de competición de la Itzulia.
Las playas de Donostia, la pequeña París, invitaban a la holganza, a tumbarse para saludar al sol sin necesidad de hacer yoga. La contemplación de la Bahía de La Concha y el mar como imagen del paraíso. Ajenas a esa postal, brillante el sol, la temperatura danzante en la alegría, la carrera concentraba su resolución, su punto de no retorno. Se corría para el palmarés porque no había otro día. Examen final, definitivo. La ascensión a Jaizkibel fue el primer control.
Imperial Vollering
La montaña, de primera categoría, percibió la ambición de Demi Vollering, lubricando su juego de piernas. La neerlandesa, que no era la líder, el honor correspondía a Bredewold, dos victorias en sus alforjas de velocista, ejercía de patrona. El título se lo concedía su estatus y el recuerdo de dos triunfos de la Itzulia Women.
Bredewold tocó el hombro de Vollering en Jaizkibel. Segunda el pasado curso, la neerlandesa no tenía intención de dar un metro a Vollering, capaz de provocar un descosido si se le concede un palmo de libertad.
Las favoritas llegaron reunidas a Gurutze, la segunda cota de la etapa. Se marcaron con la mirada. Pacto de no agresión. Tregua. Sara Martín y Célia Le Mouel manejaban otra lógica.
Decidieron dar un paso al frente. Ambas abrieron brecha mientras la alta aristocracia pensaba en Mendizorrotz, donde la Itzulia elevaba el mentón, alzaba los cuellos de la provocación y exigía al máximo. En sus rampas se escondía la llave de la Itzulia, la combinación ganadora. Antes, en la bonificación de Usurbil, Bredewold batió a Vollering y ganó un segundo para su causa. Los segundos eran de oro.
Ataque en Mendizorrotz
En Mendizorrotz estaba la mina de oro de Vollering. No contó en pepitas. Después de una aceleración de su equipo, dinamitó la Itzulia Women. Bailó sobre los pedales, los hombros bamboleando su superioridad. Descartó a Bredewold, el maillot abierto, buscando aire. Se ahogó la líder.
Volaba Vollering, que fulminó a Mavi García y Niedermaier, que se cosieron a la neerlandesa hasta que Vollering cortó el hilo con las tijeras afiladas de su ritmo, imposible para el resto. La emperatriz del ciclismo, desatada. En la cumbre aventajaba en más de veinte segundos a Niedemaier, que buscaba el podio, y en más de un minuto a Bredewold, derrotada a pesar de su defensa numantina.
Vollering, inaccesible, era una mujer sola y al comando. Propulsada por el deseo infinito, la neerlandesa quiere hacer historia. La Itzulia Women abraza su nombre. Nadie como Demi Vollering.