El arcoíris se posa en Australia
El relevo mixto australiano conquista el Mundial por delante de Francia y Suiza
La UCI, incapaz de retirar al Israel del planeta ciclismo amparándose en un argumentario de lo más pobre a pesar de que el equipo es la prolongación del blanqueamiento de un estado que está cometiendo un genocidio, es, sin embargo, una reunión de genios cuando se trata de inventar competiciones siempre que el dinero guíe el camino.
De ahí surgió la idea de validar tantas y tantas carreras en parajes desérticos o fijar en los Mundiales una carrera como el relevo mixto, donde las selecciones compiten contra el crono en dos bloques para rellenar el programa.
Tres hombres inician la prueba y tres mujeres la rematan, si bien contabilizan el tiempo de dos.
En Kigali se midieron los distintos combinados bajo ese modelo en un recorrido de 41 kilómetros y el famoso muro de Kimihurura, de 1,3 al 6,3% de pendiente media y piso adoquinado como pista de aterrizaje que debieron padecer en dos ocasiones.
Después de la participación de selecciones exóticas, se lanzaron las clásicas, las que pelearon por las medallas. Un coto cerrado de un club privado. En esa coctelera se agitaron unos y otros.
Buena actuación de Ostolaza
El combinado español lanzó a Iván Romeo, Raúl García Pierna y Héctor Álvarez. Les tomaron el relevo la zarauztarra Usoa Ostolaza, Mireia Benito y Paula Blasi.
El sexteto, divido en tríos, completó una gran actuación y estableció el mejor registro con una marca más que notable. Pararon el crono en 56:25. Se sentaron en dos tresillos a la espera del resto de rivales.
Suiza destrozó el reloj. Marlen Reusser, campeona del Mundo de crono, arrastró a su compañera para dejar huella y marcar territorio con una enorme puesta en escena. Detuvieron la cuenta en 54:40.
No sirvió, empero, para frenar a la ambiciosa Francia. El relevo galo volteó al combinado helvético por 13 segundos. Italia desplazó a la selección española del podio. Alemania también se coló por delante. La selección española fue sexta.
Faltaba por acabar Australia, que formó un equipo muy poderoso. Michael Matthews, Lucas Plapp, Jay Vine fijaron el rumbo y Felicity Wilson-Haffenden, Brodie Chapman y Amanda Spratt se dispararon al cielo.
Por encima de todos Australia, que se destapó con un ejercicio sublime para retener el título con una marca de 54:30. En un agónico final, Australia conquistó el oro por delante de Francia. Apenas les separaron 5 segundos de la gloria. Suiza cerró el podio, a 10 segundos. El arcoíris se posa en Australia.