Solo tres años han bastado para que los dragones, las traiciones familiares y el Trono de Hierro regresen a la televisión: HBO estrena hoy La Casa del Dragón (disponible desde esta madrugada en HBO MAX), la precuela de la serie más exitosa de la historia y el primer título de lo que espera que sea una larga franquicia. Muchos han sido los proyectos que se han barajado como primer spin-off de la famosa saga, pero finalmente una trama sobre la Casa Targaryen es la que toma el relevo de la mítica serie.

La Casa del Dragón se estrena con diez episodios, el respaldo de su creador, George R.R. Martin -guionista- y una protagonista que es un claro homenaje a Daenerys Targaryen, la conocida Khalessi.

Deseoso de exprimir el fenómeno televisivo tras el adiós de Juego de Tronos en 2019, el canal encontró en Fire and Blood (Fuego y sangre), una breve novela con la que el escritor complementó su universo de fantasía, la trama perfecta para convertirse en la primera de la lista de ficciones derivadas que ha prometido estrenar. “No es una novela. Es un libro de historia falso. Y no está escrito en una estructura narrativa habitual”, explica Ryan Condal, creador de la serie junto a Miguel Sapochnik.

Nuevos personajes

A diferencia de la ficción original, La Casa del Dragón no narra la lucha encarnizada de ambiciosos reinos y familias por el poder, su trama cuenta la ruptura de una única dinastía, los Targaryen, por la elección del nuevo heredero al trono. Ambientada 200 años antes de los hechos narrados en A Song of Ice and Fire (Una canción de hielo y fuego, la colección de novelas que inspiró la serie original), la nueva historia tiene como protagonista a Viserys (Paddy Considine), un rey consciente de su deterioro físico y desesperado por encontrar a su sucesor.

En esa búsqueda, las miradas se posarán sobre el príncipe Daemon Targaryen (Matt Smith), el violento y rebelde hermano menor del rey, y la princesa Rhaenyra (Emma D’Arcy y Milly Alcock), cuyo posible ascenso al Trono de Hierro es visto con desconfianza por los que recelan de la idea de una mujer en el poder. “Los mismos hombres que han controlado el sistema de poder no van a rendirse tan fácilmente ante el final del patriarcado, y de eso va la historia. Sobre a quién pertenece el trono: a la persona que el rey decida, al primogénito acorde con la ley o al preferido por el pueblo”, avanza Condal.

“Cuando sea reina, crearé un nuevo orden”, dice en una de las escenas. La princesa se labra poco a poco su camino hacia el trono. Pese a su carácter más templado, Rhaenyra es un claro guiño a la enigmática Khalessi, Madre de Dragones. En las primeras escenas sobrevuela Desembarco del Rey a lomos de su dragón, Syrax, con una indumentaria y un recogido de su frondosa cabellera idénticos a los que solía llevar la mítica protagonista de Juego de Tronos.

La trama avanza -con numerosos saltos temporales- marcada por la guerra, las traiciones, los matrimonios de conveniencia y un rey cada vez más enfermo, mientras poco a poco se va esclareciendo quiénes son los aspirantes mejor posicionados para alzarse con el ansiado trono.

Elementos de la serie original

Los creadores de la ficción han tratado de olvidarse por completo de Juego de Tronos. Ninguno de sus personajes, dragones o escenarios (más allá del mítico Trono de Hierro) repiten en la secuela, que, sin embargo, será familiar para muchos seguidores de la saga.

Y en La Casa del Dragón, como en todo el mundo creado por R.R. Martin, quien controla a los dragones, domina el mundo. Hasta 17 criaturas aparecerán en la primera temporada de la serie. Hay criaturas fantásticas, amor, odio, sangrientos combates y maniobras de todo tipo con un único objetivo: alcanzar el Trono de Hierro.

Además de los dragones, se mantienen las luchas internas, las tragedias familiares y los impresionantes escenarios de Reino Unido, Portugal y España. No habrá, en cambio, la misma dosis de sexo y violencia que marcaron las primeras temporadas de Juego de Tronos.