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La promoción es la clave del éxito

La promoción es la clave del éxito

LA liturgia televisiva se presenta cada temporada tras el relajo de las parrillas de programación durante el verano, con inusitada violencia promocional, buscando posicionarse para sacar pecho, aumentar contratos publicitarios y satisfacer el ansia insaciable de los accionistas que quieren money, money, money. Sabido es de sobra que la guerra mediática televisiva se libra entre dos cadenas que cotizan en bolsa y que temporada tras temporada se enfrentan al reto de ser los primeros en las preferencias de la audiencia a cualquier precio proclamando la profesionalidad, calidad y excelencia de sus producciones, siempre al servicio del cliente. Atresmedia y Mediaset libran incruenta batalla por el negocio con afilado cuchillo entre los dientes, dispuestos a pegar zarpazo al contrario a la primera que se descuide, guardando con extremado celo guiones, novedades y sorpresas desde las retransmisiones deportivas, a las que hoy se apuntan todas las cadenas, hasta productos de ficción, que funcionan con creciente éxito entre el personal. Promociones en pantalla, campañas publicitarias y presentación en espectaculares eventos son plataformas utilizadas como reclamo para posicionar series, magacines, películas e informativos. A remolque de estas dos cadenas privadas, se mueve la tele pública, que se las ve y desea con los dineros recortados y sin publicidad, y acude al uso y abuso del patrocinio para seguir en la carrera, sobre todo en el apartado informativo que es donde debe lucir una tele pagada con los impuestos. Llegó septiembre y despertaron los monstruos de la promoción y para hacer triunfar producciones que alimentarán nuestros 200 minutos diarios de consumo televisivo en el tímido otoño y duro invierno. La batalla ha comenzado, pongan pilas nuevas al mando de su televisor.