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“Me gustaría contar que hay una solución para los refugiados”

La navarra Helena Resano presenta mañana en Pamplona su primer libro, ‘La trastienda de un informativo’, donde desvela sus vivencias personales y profesionales

“Me gustaría contar que hay una solución para los refugiados”Foto: Itziar Guzmán

pamplona - Cuando era adolescente sus padres le pidieron que no se hiciera periodista porque “se iba a morir de hambre”, ahora es la presentadora de uno de los informativos más vistos de España. Helena Resano (Pamplona, 1974) empezó su carrera en la radio, primero en la Cadena Ser y después en Onda Cero. A pesar de vivir una primera mala experiencia como becaria en Madrid, decidió volver en 1996 a la capital porque en Pamplona no había trabajo. Allí comenzó su carrera en los informativos; primero en Tele 5, después en TVE (donde sufrió los terribles horarios del Canal 24 horas) y finalmente en La Sexta. Mañana presenta su primer libro, La trastienda de un informativo, a las 19.00 en el Museo de la Universidad de Navarra. En sus páginas relata la tensión y la excitación que supone contar las noticias de cada día frente a millones de espectadores.

¿Qué le atrae de la televisión que no le proporcionan otros medios?

-La televisión tiene el poder de la imagen, de contar lo que está ocurriendo y mostrarlo en pantalla. Con otros medios hay otra forma de contar las noticias, pero solo la televisión tiene la inmediatez y la fuerza que proporcionan las imágenes.

¿Prefiere contar las noticias a pie de calle o desde el plató?

-Yo prefiero a pie de calle. Cuando más disfruto es cuando voy con la cámara al lugar donde se produce la noticia. Si lo cuentas en directo te empapas de la noticia, porque la forma de contarlo es diferente cuando lo ves, cuando lo estás viviendo. Eso el espectador también lo percibe, es un diálogo más personal, de tú a tú.

¿Cuál es el siguiente paso en su carrera? ¿Le gustaría probar con otro tipo de formatos?

-Me gustaría seguir haciendo periodismo. ¿Dónde? Me da igual, mientras tenga trabajo soy feliz.

Con 23 años fue como enviada especial a cubrir el huracán Mitch, que arrasó Nicaragua y Honduras. ¿Qué ha supuesto para usted vivir experiencias como aquella siendo tan joven?

-Me cambió la forma de ver el mundo y de ver esta profesión. En momentos como aquellos te das cuenta de que si no hay un periodista allí con una cámara o un micrófono eso que está ocurriendo no va a dar a conocer al mundo. No podemos olvidarnos de que el periodismo es un servicio a la sociedad. Y la cobertura informativa en el caso del huracán Mitch dio visibilidad a la catástrofe.

¿Alguna vez se ha quedado bloqueada en directo? ¿Qué hace en esos momentos para que el público no lo note?

-No me he llegado a quedar en blanco, afortunadamente. Y cruzo los dedos para que eso no ocurra. Sí que ha habido momentos en los que todo falla y hay que seguir con el discurso sin que el espectador lo note. Hay días en los que estás más ágil y menos cansada y te resulta más fácil, pero hay veces que has dormido fatal y estás mucho más espeso. A partir de ahí cruzas los dedos para que el desastre no se perciba desde casa.

¿Echa de menos Navarra? O ya se considera una madrileña más.

-No, echo de menos Navarra y voy siempre que puedo. Mi hija nació en Pamplona y tener un marido donostiarra arrastra mucho hacia el norte. Además mis dos hijos son muy sanfermineros.

¿Le ha podido la emoción en algún momento?

-Sí, más de una vez he tenido que llorar después del informativo, cuando digieres la información y realmente la asimilas. Mientras cuentas la noticia puedes y debes indignarte y emocionarte, pero el extremo de llegar a las lágrimas eso solo se puede hacer cuando los focos estén apagados.

Una operación en las cervicales casi le produce una afonía crónica. ¿Cómo vivió aquellos momentos?

-Fue muy complicado. Por un lado estaba el dolor, que me obligaba a tomarme doce pastillas diarias y, por otro, estaba aterrada porque pensaba que tendría que replantearme hacia dónde iba mi carrera. Mi marido me dijo que había que coger al toro por los cuernos y así hicimos, así que me operé. Afortunadamente, todo salió muy bien.

¿Qué noticia le gustaría contar algún día?

-Me gustaría contar que hay una solución para todo el tema de los refugiados, aunque oficialmente parezca que hemos arreglado ese tema, en realidad no existe una solución. Hay muchísima gente que está abandonando sus casas y huyendo de una guerra que no está recibiendo ninguna solución ni una acogida como se podía esperar.

¿Qué le falta al informativo de La Sexta para ser líder de audiencia?

-Bueno, lo hemos conseguido más de un día, a mediodía hemos logrado ser los más vistos. Pero lo que sí que pediría sería tener más minutos.

Las redes sociales y el periodismo ciudadano, ¿son una oportunidad o una amenaza para los periodistas profesionales?

-Creo que son una herramienta más a la que no hay que darle la espalda, pero tampoco priorizarla sobre las demás. Muchas veces son el principio del periodismo, que no es otra cosa que contextualizar, confirmar informaciones y darle voz a todas las partes de una noticia.

¿Cuál es el papel de los periodistas en esta nueva era?

-La del compromiso y la de volver a hacer del periodismo lo que es, el compromiso con la sociedad, ser los redactores de lo que está ocurriendo. Las voces y los oídos de los que no la tienen, hacer de altavoz para denunciar una injusticia, un abuso o una mala gestión. Es un compromiso con la sociedad porque somos los responsables de lo que el público ve y también de lo que no ve.

¿Qué les diría a los críticos que dicen que el auge de Podemos se debe al apoyo de cadenas como La Sexta?

-Les invitaría a que viesen todos los programas de La Sexta y sus informativos, porque hemos contado noticias muy críticas con la formación de Pablo Iglesias.