Los especialistas de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) hacen referencia así al consumo de agua durante los meses más calurosos del año: "Aprieta el calor y con las altas temperaturas sube también el consumo de agua en los hogares. El suministro de agua es el más imprescindible de todos los que llegan hasta casa y el precio al que la pagas puede ser una preocupación... o no, depende de dónde vivas".
El suministro de agua: "el más imprescindible de todos los que llegan hasta casa"
En esa misma línea, desde esta entidad indican que "las facturas incluyen los costes de distintos servicios del ciclo del agua, que no se llaman igual en todas las ciudades ni tienen el mismo peso dentro de la factura: 'Suministro', pero también se puede desglosar en 'Abastecimiento', 'Aducción', 'Distribución': coste de captar el agua, tratarla para hacer que sea potable y distribuirla hasta los hogares. 'Saneamiento' o 'Alcantarillado': coste de recoger el agua de los desagües. 'Depuración' (a veces se incluye dentro de “Saneamiento”): tratamiento de las aguas residuales".
"Por término medio, de la factura final el 54% corresponde al suministro, un 45% al saneamiento (alcantarillado, depuración…) y un 1% por el equipo de medida o contador. Es frecuente que para cada concepto haya un importe fijo por disponer del servicio y otra parte variable según consumo. Sobre estos importes, salvo excepciones, se aplica el IVA del 10 % (21% para alquiler de contador). También es habitual que se apliquen cánones provinciales o autonómicos para sufragar gastos concretos, muchas veces vinculado al saneamiento", continúan explicando desde la OCU.
Por qué no debes ducharte mientras está la lavadora en marcha
Con todo ello encima de la mesa, queda claro la única manera de ahorrar en la factura del agua es reduciendo el suministro, o lo que es lo mismo, la cantidad de agua que se consume. Sobre ello ha hablado el fontanero Alex Atkinson en una entrevista concedida la medio 'NVO Akseleratorius'.
Una de las prácticas más repetidas es ducharse mientras la lavadora está en marcha. Aunque, a priori, puede parece una práctica para ahorrar en la factura del agua, lo cierto es que no lo es así. La lavadura y la ducha pueden llegar a compartir la misma red de tuberías, lo que puede volverse en contra.
En la línea con lo que explica, la ducha y la lavadora pueden compartir la misma red de tubería en hogares que tienen calderas de entre 110 y 150 litros, ya que suelen vaciarse muy rápido cuando se utilizan varios electrodomésticos a la vez. Además, en los casos en los que el calentador es demasiado pequeño el agua estará fría, la presión bajará y la ducha funcionará de manera desigual.
Según relata, si la lavadora funciona con agua tibia o caliente lo más seguro es que utilice el agua de la misma fuente que la ducha, causando una disminución notable de la presión y la temperatura del agua. Como el calentador de agua va a tener que trabajar para abastecer a dos flujos de energía al mismo tiempo, funcionará con menor eficiencia, acortando su vida útil a largo plazo y encareciendo la factura.
Para evitar que esto ocurra, el fontanero Nick Hendricks recomienda instalar un mezclador termostático o una válvula de equilibrio de presión en la ducha, instalar un sistema inteligente de recirculación de agua caliente con una bomba de refuerzo. Reducirá el desperdicio de agua y aumentará la comodidad y verificar la capacidad del calentador de agua. Además de todo eso, aconseja lavar la ropa después de la ducha en vez de hacerlo al mismo tiempo.