Chicote, en Pamplona: "Más vale que no hay un fusil porque os matáis"
El popular chef de laSexta remodeló, no sin problemas, el antiguo restaurante Olé en la plaza del Ayuntamiento, convertido en el Maltea
PAMPLONA. El cocinero Alberto Chicote regresó anoche a laSexta concitando el interés de los telespectadores navarros con el intento de rescate del antiguo 'Olé', ahora Maltea. La nueva entrega de Pesadilla en la cocina se desplazó a Pamplona para intervenir en plena Plaza del Ayuntamiento, una ubicación privilegiada en la ciudad. AQUÍ PUEDES VER EL PROGRAMA COMPLETO
Iosu, el jefe del establecimiento, intentó en un principio vender al chef que todo era maravilloso y no había razón aparente para que el negocio no fructificara. Buen equipo, comida estupenda... Sin embargo la realidad no tardó en aflorar. Verdaderos problemones de organización y relación tormentosa entre los trabajadores mostraron desde el minuto uno que en los días en los que se grabó el programa en realidad no funcionaba nada.
Chicote inició su evaluación pidiendo varios platos del menú para degustar, y pudo comprobar inmediatamente que se encontraba con un negocio en problemas. De todas formas no fue la comida lo peor, sino el servicio de cocina, que más bien parecía una batalla campal, con los camareros fieramente enfrentados e intercambiando insultos, incluso delante de los propios clientes.
Iosu pasaba de hablar maravillas de su equipo a despotricar y cargar duramente contra ellos. “Toda la vida trabajando hasta 16 horas al día y me junto con cuatro tontos que me arruinan el negocio. Osea, la estáis cagando”, exclamaba con aspavientos. “Menos mal que no hay un fusil de asalto ahí puesto, porque os matáis”, respondía un atónito Chicote.
El segundo servicio del restaurante empeoró aún más si cabe la situación. Tras el desastre, Alberto Chicote optó por acompañar al Mercado de Santo Domingo a Iosu para que conociera lo poco que cuesta cambiar su producto congelado por verdura fresca, de mejor calidad y más barata. El presentador también intentó dar varios consejos al jefe del establecimiento, pero pronto se dio de nuevo por vencido. No había manera, el chef no sabía dónde meterse.
La situación entró en barrena cuando una de las comensales halló una larva en una ensalada después de que en la cocina lavaran mal una ensalada.
Pese al rosario de problemas en el Restaurante Olé Alberto Chicote decidió seguir adelante con la reforma del local. La transformación fue apreciable. El nuevo local pasaba de ser un establecimiento de inspiración andaluza a ofrecer un aspecto más moderno y acogedor, con un ventanal abierto en el comedor con vistas a la plaza del Ayuntamiento donde antes había un letrero. El cocinero cambió el concepto del local y dio una oportunidad a Iosu para ofrecer a sus clientes una nueva oferta gastronómica adaptada a la idiosincrasia de Pamplona. Sin embargo los consejos de Chicote caían en oídos sordos y los enfrentamientos no llegaban a su fin.
El propietario no estuvo afortunado en el primer servicio de la reapertura de su restaurante. Trató de controlar la salida de los platos, la cocina, pero acabó expulsado por el presentador, que tomó el mando.
En ese momento todo comenzó a funcionar como debería. “Cuando les das directrices todos se pone a bailar y sale todo perfecto”, afirmaba el conductor del programa contento con el comportamiento del personal.
El Maltea sigue funcionando actualmente en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, con división de opiniones entre sus comensales, que a través de páginas web como Tripadvisor tanto alaban el menú como critican el servicio. El pasado año una veintena de restaurantes, que se sentían perjudicados por la visita del popular chef de La Sexta y su forma de reflejar el estado de sus locales y la forma de ser de sus dueños y empleados, decidieron plantear una querella. Entre ellos estaba el propio Maltea.