el suicidio de Óscar (Álvaro Morte) dio entrada a la historia de poliamor que mantenía el fallecido con Alejandra (Verónica Sánchez) y Verónica (Irene Arcos) en la primera temporada. "La entrega anterior estaba muy centrada en los sentimientos. Era un thriller romántico, muy de emociones, de sentimientos. Sigue siendo un thriller, pero entran otras variables en la ecuación anterior. Hay violencia, corrupción, palizas? Y también amor, poliamor, hay de todo", señala el actor Roberto Enríquez.

En esta segunda temporada se abren muchas ventanas inesperadas que dan un giro totalmente diferente a la historia que se vio en la primera entrega. Alejandra confiesa a Verónica quién es realmente y, con esta verdad, el orden de todo lo establecido entre ellas se resquebraja. Los papeles se invierten y ambas se colocan en tesituras totalmente distintas: Verónica, que hasta ahora había sido la amante, pasa a ser la engañada, y Alejandra, y su necesidad de entender racionalmente lo que le pasó a su marido, se vuelve una mujer hedonista que vive una relación poliamorosa sin que las preguntas, los prejuicios y la culpa cercenen sus emociones y su identidad.

sin pastillas Esta temporada toma fuerza Roberto Enríquez con su personaje, Conrado. "Es un hombre que ha sufrido mucho, su mujer se suicidó la temporada anterior. Él se queda roto, siente que no ha hecho todo lo posible para salvarla y no lo supera más que con medicamentos. Conoce a Alejandra, ha vivido la misma experiencia con el suicidio de Oscar y se apoya en ella. Tira todas las pastillas y quiere volver a vivir", relata el actor. "Le dice a Alejandra que la ama y que está dispuesto a esperar hasta que ella se decida".

Verónica Sánchez cuenta la historia de Alejandra desde una perspectiva desconocida y deja ventanas abiertas para que el espectador imagine antes de ver la serie: "Es la temporada final y se van a cerrar todos los flecos que quedaron colgando con el suicidio de Óscar. Mi personaje tiene que reinventarse, convertirse en una mujer nueva y eso es lo que hace. Se abre a otra vida". Reconoce que en ese cambio tienen mucho que ver la entrada de otras nuevas relaciones. "Alejandra no quiere renunciar a lo que ha empezado con Conrado, pero tampoco está dispuesta a perder a Verónica? Como verán los espectadores, vuelve a ser una historia complicada", ríe la actriz.

Sánchez manifiesta que le ha gustado mucho hacer este personaje que muestra tantas aristas y que esta temporada no será la víctima de las relaciones poliamorosas de su fallecido marido. "Es una mujer nueva, surge de las cenizas. El embarcadero ha sido una historia muy potente, en la que me he sentido muy bien y que me ha aportado mucho a nivel profesional", confiesa. - R.L.