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Sabina se despide de los grandes escenarios con "Vinagre y Rosas"

el nuevo disco, escrito a medias con benjamín prado, saldrá a la venta el día 17Dos de las canciones cuentan con la participación de Pereza, "Embustera" y "Tiramisú de limón", en la que hace coros Serrat

Sabina se despide de los grandes escenarios con "Vinagre y Rosas"EFE

madrid. Con palabras conquistadas una a una como si fueran cotas de las playas de Normandía, Joaquín Sabina ha compuesto, tras cuatro años de "sequía", Vinagre y Rosas, un disco "monotemático" sobre el "desamor", con el que quiso ser "infiel" a su caricatura y con el que, anuncia, se despide de los escenarios "totus tuus". "Estoy mucho mejor que hace 15 años pero salir delante de 40.000 personas es un totus tuus y se pierden todos los matices. Las giras a los 60 años aterrorizan pero ésta -la de promoción del disco, que comienza el día 20 en Salamanca- es la última en esos sitios", anunció ayer.

Despedirse de los grandes escenarios no significa que no vaya a actuar más, sino que lo hará en "teatritos", donde sus conciertos "no se confundan con una misa pagana celebración. Haré esta porque le debo a la gente que ha estado conmigo estos años hacerlo pero nunca más", reiteró absolutamente convencido.

Dice que en los diez últimos años -en 2001 sufrió una isquemia cerebral leve- ha levantado mucho el pie del acelerador y que ya no amanece en los bares, ni anda "por ahí perdido en no se sabe qué cama", ni se "maltrata la nariz", pero que "sí cae algún whisky".

Muy lejos en cualquier caso, afirma riéndose, de lo que dice Benjamín Prado, las "otras dos manos" con las que ha escrito 10 de los 14 temas del disco, en el libro que refleja el proceso de creación del decimonoveno trabajo en 31 años de carrera de Sabina, y que se publicará en coincidencia con la salida a la calle de Vinagre y Rosas, el próximo día 17. La posterior gira le llevará a varias ciudades, entre ellas Pamplona (día 3 de diciembre), antes de partir de enero a hispanoamérica.

Las letras del "núcleo duro" de Vinagre y rosas reflejan "lo que hay en los escombros del desamor" y las construyeron Prado y él en Praga, espoleados por la "medicina" para la depresión por "precipicio sentimental" que tenía entre "regular y tirando a muerto" a Prado.

Se conjuraron para "no tirar de oficio" ni hacer concesiones: "si nos salía un estribillo muy coreable pero indigno sabíamos que eso iba fuera. Uno sufría mucho mientras el otro desechaba sus ideas en una preciosa batalla" en la que "aprisionaban" las ideas que le parecían "una mierda" en "corralitos" dibujados o eran censuradas con las palabras "no comprar" gritadas a pleno pulmón por Sabina. El cantante de Úbeda ha querido acompañarse en dos temas -Tiramisú de limón y Embustera- del grupo rock Pereza porque querían que entrara "la chulería y macarrería del Clif Richards jovencito". El primer single del álbum, del que prefiere "sin dudas" Ay, Carmela, dedicada a su hija, es Tiramisú de limón, un rock en el que Joan Manuel Serrat hace los coros junto al equipo habitual de Sabina, es decir Pancho Varona, José Antonio Romero y Antonio García de Diego.