"esto es lo único e íntimamente mío, e íntimamente conocido de los dos que puedo dejarte ahora". Son las palabras que Ernesto Guevara grabó en una vieja cinta para Aleida March antes de partir hacia un nuevo destino en su lucha por intentar cambiar el mundo. Después de esta frase, el guerrillero le recita a su compañera el poema Los heraldos negros del peruano César Vallejo. Ése que empieza: Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!/Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,/ la resaca de todo lo sufrido/se empozara en el alma... ¡Yo no sé! Unos versos que estremecen más, si cabe, en la voz del Che, como podrán escucharse en el documental Che. Un hombre nuevo, de Tristán Bauer.
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