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"El gran legado de Jean Vigo a los cineastas de hoy es una cierta rebeldía e independencia de espíritu"

El certamen navarro tomó su nombre de una expresión del director francés Jean Vigo. Su hija, Luce, visita Pamplona desde la primera edición del Punto de Vista representando el legado de un hombre que dejó títulos como 'L'Atalante' y 'Zéro de conduite'

"El gran legado de Jean Vigo a los cineastas de hoy es una cierta rebeldía e independencia de espíritu"Foto: mikel saiz

pamplona. El festival ha vuelto este año a revisar el trabajo del cineasta francés con la intención de reflexionar sobre su influencia en los nuevos creadores. Golem Yamaguchi acogerá esta tarde, a partir de las 22.30 horas, la última sesión de Las afinidades Vigo, ciclo comisariado por Loïc Díaz-Ronda con la colaboración de Luce Vigo, que, además, ha sido entrevistada por Jem Cohen para una de las dos piezas que presentará hoy en la gala de clausura.

Lleva seis años acudiendo al Festival Punto de Vista, ¿cómo se siente en Pamplona?

Lógicamente, no puedo decir que mal (risas)... En serio, me encuentro muy bien aquí, ya tengo amigos en la ciudad, todo el mundo me acoge muy bien y, además, puedo ver películas interesantes.

Ha visto nacer el festival y este año asistimos a su sexta edición, ¿qué le parece esta propuesta?

Como sugiere su nombre, Punto de Vista deja a los cineastas expresar sus visiones libremente y lo ha hecho desde siempre, desde que nació, siguiendo la propuesta de Carlos Muguiro y Ana Herrera. Hoy en día es muy difícil encontrar películas independientes y aquí se pueden ver.

¿Qué impresión le ha causado lo que ha podido ver este año?

En todas las ediciones, también en ésta, perdura ese espíritu de cine personal, y siempre descubro algo nuevo. Por ejemplo, esta edición me ha dado a conocer a un cineasta que no conocía en absoluto, como Jem Cohem, igual que el año pasado descubrí a James Benning.

El festival se inspiró en Jean Vigo para nombrarse y este año ha querido volver a recordarle con un ciclo, ¿qué le parece esta iniciativa?

En este caso, ha sido Loïc Díaz-Ronda el responsable del ciclo. Hemos colaborado en la parte que se refiere a las películas de los años 30, muchas de ellas realizadas por colaboradores de Jean Vigo, pero la elección del resto de los trabajos le ha correspondido a él, sobre todo porque yo vivo en París y él en España. Seguramente, y como es lógico, yo no hubiera elegido exactamente las mismas; además, no somos de la misma generación y tenemos distintas miradas, pero estoy contenta porque él me ha descubierto nuevas películas.

Este programa pretende reflexionar sobre la influencia de Vigo en las nuevas generaciones, ¿cuál le parece que es la huella principal que ha dejado en los jóvenes creadores?

He descubierto que tiene influencia en cineastas de todo el mundo, como, por ejemplo, demuestran los trabajos de Otar Iosseliani o Aki Kaurismaki. Creo que el principal legado de Jean Vigo es esa independencia de espíritu que se nota en autores como los que acabo de citar. Se nota que son cineastas libres, a pesar de las dificultades presupuestarias que padecen muchas veces para trabajar. También se les distingue porque mantienen una cierta rebeldía y una mirada muy especial sobre la realidad.

¿Cuáles diría que son los elementos fundamentales del trabajo de Vigo?

En gran medida, esa independencia, rebeldía y libertad de la que acabo de hablar. También hay que destacar que era un cineasta muy político, pero, a la vez, era un hombre joven que rodaba con mucho entusiasmo y eso se puede palpar en sus películas. Había heredado de su padre una cierta mirada sobre el mundo: era antimilitarista y se sentía muy cercano a la gente más humilde. Y me gustaría decir que, a pesar de la imagen que muchas veces se ha trasladado de él, Jean Vigo no era un hombre solitario. Es más, existía la banda Vigo. Por ejemplo, desde sus primeras películas trabajó con Boris Kaufman, hermano de Dziga Vertov, y estuvieron juntos hasta el final, lo mismo que le pasó como otros colaboradores.

Lo que seguro que tienen en común los jóvenes creadores con Vigo es que no cuentan con excesivos recursos, aunque eso tampoco les detiene.

Sí, aunque hay que reconocer que Jean tuvo suerte porque su suegro, un polaco que tenía una fábrica de papel tisú, le apoyó para comprar su primera cámara. Eso sí, después de hacer su primera película tuvo que venderla para conseguir dinero. Más tarde, se cruzó con Germaine Dulac, un productor que ayudó mucho a los jóvenes cineastas de la época, que le encargó una película sobre un nadador, pero dándole libertad para hacerla a su manera. Y, posteriormente, también tuvo la suerte de encontrarse con otro productor que quiso trabajar con él, y le apoyó para hacer Zéro de conduite (Cero en conducta).

Película que fue censurada.

Es una película que está inspirada en parte en su vida y fue prohibida. A pesar de eso, el productor siguió apoyándole, aunque Gaumont, que también estaba en la producción de su próximo filme, quería imponerle el guión para asegurarse de que no iba a ser excesivamente anarquista. Y, aunque en un primer momento pensó en rechazar el trabajo, Vigo siguió adelante, retocaron los personajes y, de nuevo, tuvo la gran suerte de que el actor Michel Simon se sumó al proyecto. Entonces era ya un intérprete conocido, pero no sabía quién era Jean Vigo y cuando le contaron que su padre había muerto en prisión por razones políticas y que le acababan de censurar una película, se decidió a trabajar con él.

Y realizaron "L"Atalante".

Sí, y es curioso, porque fue una película que también tuvo muchos problemas de censura, en este caso económica, pero quizá sea la película más personal de Jean Vigo junto con Zéro de conduite, que se convirtió en símbolo universal de la rebeldía juvenil.

¿Recomendaría a los jóvenes cineastas que, al igual que hizo Jean Vigo, luchen por mantener su independencia y su punto de vista?

En la época de Jean Vigo ya se celebraron varios congresos y encuentros para defender al cine independiente, y creo que hoy en día la batalla es aún más necesaria.

¿Por qué?

Porque cada vez hay menos dinero para la cultura y, en parte por eso, muchos jóvenes cineastas tienen una cierta tendencia a autocensurarse para ser aceptados por la televisión, los productores, etcétera.

Jean Vigo murió cuando usted tenía 3 años, ¿cómo ha sido conocerle a través de lo que le decían, lo que se escribía y lo que contaba su cine?

Le descubrí muy tarde. Mi madre y yo enfermamos y tuvimos que ir a Suiza a curarnos. Tenía ya 14 años, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando vi sus cuatro películas seguidas. Después de eso, durante mucho tiempo rechacé ese legado, me costaba mucho hablar de Jean Vigo. Me dolía.

A pesar de su breve carrera, Jean Vigo figura ya en la historia del cine, ¿qué es lo que tenía de especial para haber superado el paso del tiempo?

Después de la guerra, los cineclubs hicieron un gran trabajo para darle a conocer. Además, creo que sus películas son muy modernas debido a su ingenio y porque al verlas puedes sentir el placer que sentía él al hacerlas. Y eso es cine en estado puro.

¿Qué cree que pensaría Jean Vigo de la situación del cine hoy?

Creo que encontraría igual de difícil que en su época la tarea de hacer cine. Y seguramente también vería que los cineastas están hoy un poco más solos.