LA noche del cine español tuvo ayer una clara vencedora: Celda 211, que acaparó 8 premios , frente los 7 de la producción Ágora, que se tuvo que conformar con las categorías menores de los apartados técnicos o artísticos. Todo ello en una gala que presentó por primera vez Andreu Buenafuente, y que además de no tener cortes de publicidad, dejó otras sorpresas, entre las que destacó la aparición inesperada del director Pedro Almodóvar para entregar el último Goya de la noche.

Mejor película, director, actor principal y de reparto y actor revelación fueron algunos de los 8 premios que se llevó Celda 211 en la noche de ayer. Un largometraje que ya partía como favorito en las quinielas de los críticos. No hubo sorpresas en categorías como la de mejor actor principal, que recogió con naturalidad Luis Tosar, o mejor actriz, que recibió una emocionada Lola Dueñas. El intérprete de la cinta ganadora de la noche dedicó el premio a todo el equipo, al que definió como "una gran familia", como haría más tarde el director, Daniel Monzón, que aseguró que "tendría que romper el Goya en mil pedazos" para repartirlos entre todo el equipo, incluidos "los que llevan los cafés".

La derrotada de la noche fue la megaproducción de Alejandro Amenábar, que aunque consiguió llevarse siete estatuillas, lo hizo en categorías más técnicas, como vestuario, maquillaje o efectos especiales. El propio director reconoció antes del comienzo de la gala que no partía como favorito, situación que, recordó, ya había vivido años antes con Abre los ojos. Tras ella, la argentina El secreto de sus ojos, que se llevó dos Goyas, y Yo, también, con el mismo número de estatuillas.

Como es habitual, uno de los momentos más emotivos fue el de la entrega del Goya honorífico al realizador vasco Antonio Mercero, que recogieron sus hijos, ya que éste no pudo acudir a la gala debido a su estado de salud (padece el mal de Alzheimer). Sí se proyectó, sin embargo, un vídeo en el que el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias, Álex de la Iglesia, le entregaba el galardón, que puso en pie al auditorio.

La otra gran ovación fue para el director Pedro Almodóvar, que tras varios años ausente de la noche de los Goya, reapareció por sorpresa en los últimos minutos para hacer entrega del Goya que premió a Celda 211 como el mejor largometraje del año. Un detalle, teniendo en cuenta que su película Los abrazos Rotos sólo fue merecedora del premio a mejor música original.

ceremonia

Una gala con novedades

La de ayer fue una gala más corta de lo habitual, amenizada por el popular presentador televisivo Andreu Buenafuente, que echó mano de multitud de recursos para amenizar la velada: efectos especiales como los de una cascada que inundaba el auditorio, interacciones con personajes virtuales como Pocoyó o un intento de grabar una película en la misma ceremonia, con Santiago Segura como ayudante que llevaba los cables.

Todo esto amenizó la sucesión de actores que entregaron las estatuillas y los discursos de los premiados, en los que como viene siendo habitual se nombró tanto a familiares como a los equipos de producción. Original sí fue la despedida en la que Andreu Buenafuente prometía volver el año que viene, antes de ser teatralmente tiroteado en mitad del escenario.