Vitoria. El mundo es complejo y contradictorio, aunque a veces incluso se muestre sencillo. A él mira el artista navarro Txuspo Poyo desde Artium y lo hace con una exposición compleja y contradictoria, aunque a veces incluso se muestre sencilla. U.N. (Inverse) esconde tras su título obras recientes y anteriores, distintos vehículos de expresión, diferentes reflexiones, varios puntos de partida y una larga lista de referencias políticas, sociales, económicas, cinematográficas, arquitectónicas...
La relación del creador de Alsasua con el espacio de Vitoria es ya larga y prolífica. En la colección permanente se encuentran cuatro de sus obras. Y sus salas ya le recibieron hace unos años en la muestra colectiva de los premios Gure Artea. Hay confianza y buen entendimiento entre ambas partes. De ese punto de encuentro nace esta primera exposición individual en un museo de relevancia, un trabajo que desde ayer y hasta el próximo 5 de septiembre se podrá ver en la capital alavesa, aunque seguirá camino entre enero y abril de 2011 en el Centre d"Art La Panera de Lleida, quien colabora con Artium en la producción de este trabajo.
Un U.N. (Inverse) que da nombre al mismo tiempo a la pieza central de la exposición y a la muestra en su conjunto, aunque bajo esta aparente falsa uniformidad se encuentren distintos lenguajes, significados, técnicas y momentos. Animaciones 3D, esculturas, instalaciones, dibujos, música... todo está al alcance del autor y todo sirve para encontrarse con el público "que es el elemento imprescindible en este diálogo aunque es una incógnita qué pensará", asegura Poyo.
Aunque la exposición no se queda sólo ahí puesto que hay referencias a trabajos anteriores y, por tanto, otros discursos y planteamientos, en lo que se refiere a la obra más reciente, el artista toma como punto de partida el edificio que es sede central de Naciones Unidas en Nueva York, un emplazamiento que el autor visitó "una única vez, allá por 1996 como un turista más", recuerda.
El artista toma el continente, juega con él y lo mira desde distintos ángulos para reflexionar sobre el contenido, aunque éste no aparezca. El mito de la libertad, la democracia, la alta política... se entrecruzan en un discurso en el que el autor no escapa a las referencias al cine, el propio arte contemporáneo y la arquitectura.
Lo primero que se encuentra el visitante es lo más reciente. Lo más inmediato le asalta desde el techo. Ahí cuelga Glory hole, una campana de sombra inquietante, y un péndulo de Foucault que remite al existente en la casa central de la ONU, cuya maqueta, colocada en una posición inverosímil, se despega de una de las paredes de la sala.
De ahí, el autor lleva al público ante dos grandes pantallas rodeadas de altavoces. U.N. (Inverse) se muestra entonces como pieza en sí misma. El título ya juega con el nombre en inglés de las Naciones Unidas pero también referencia a los estudios Universal. El cine vuelve a aparecer en esta animación en 3D con dos caras. Y es que a Poyo le interesa mucho esa relación que Hollywood ha mantenido siempre con la ONU. "Hasta el personaje de Campanilla ha sido nombrada embajadora suya", repite.
Un año de trabajo le ha sido necesario para componer esta película que se repite una y otra vez, un cortometraje artístico en el que incluso el Guernica emerge, haciendo alusión a cuando fue tapado hace unos años en plena polémica antes de la última invasión de Irak.
Después, la muestra sigue camino. Tres neones marcan una salida que, en realidad, no existe. Y las obras que son anteriores en el tiempo piden su parte de protagonismo dentro de este proyecto.
Ahí están su páginas de periódico modificadas o sus vídeos y animaciones repletos de alusiones al cine y al propio arte. Es el caso de Herrorismo, donde el conocido león de la Metro arde para poner su propio final. O de Cartoon, un documental sobre los efectos sicológicos de los dibujos animados en el que aparecen nombres como Ruper Ordorika.
A todo ello le acompaña una pequeña sala donde poder detenerse un poco más de tiempo, repleta de documentación sobre el autor navarro y donde también se pueden ver algunas de sus creaciones audiovisuales de forma individual.
Sólo falta, según Poyo, una última pieza "aunque los de Google no me van a dejar", se ríe. Y es que el artista quiere que cualquiera que busque la sede de la ONU durante el tiempo de la exposición en Internet se encuentre con Artium.
Así plasma Poyo el mundo, lleno de símbolos que hablan de muchas temáticas desde puntos de partida distintos, con herramientas plásticas diferentes. Él es un artista multidisciplinar complejo, contradictorio pero también sencillo. Como lo es el arte. Como lo es la vida.