"El viaje de esta canción terminará el día que "Sarri" pueda escucharla en directo en el País Vasco"
Muguruza teclea las respuestas de la entrevista en algún lugar de Beirut, donde continúa adelante con la serie de documentales para la cadena 'Al Jazeera' en los que se acerca a la realidad musical de los países árabes. Antes ha visitado Marruecos, Túnez y Egipto
san sebastián. El músico irundarra echa la vista atrás y recuerda los días en que se gestó, a un ritmo vertiginoso, el himno generacional Sarri, Sarri. "Una canción que se escribe al día siguiente de un hecho ocurrido puede considerarse una crónica de la realidad o banda sonora del momento", opina.
¿Cómo recuerda el día de la fuga de "Sarri" y "Piti"? ¿Qué fue lo primero que se le pasó por la cabeza?
Hasier Etxeberria llegó con la noticia al bar Naien de Hondarribia y todo el mundo empezó a agitar las cervezas y a desparramarlas por encima de nuestras cabezas. Así que eso fue lo primero que me pasó por la cabeza, una lluvia de cerveza y una alegría infinita en el día de mi santo, San Fermín, que llevábamos celebrando desde la mañana. Ten en cuenta que un mes antes Kortatu había actuado en la cárcel de Martutene donde conocimos a Sarri y otros presos políticos, y que nosotros mismos bromeamos con la idea de que se fugaran en nuestras fundas de los instrumentos, sin saber que la fuga ya se estaba preparando.
¿Por qué decidieron emplear música de Toots and the Maytals?
Porque mis dos grupos favoritos habían versioneado a Toots. Specials se hicieron populares con su versión del Monkey Man, y los Clash hicieron lo propio con Pressure Drop. Kortatu también tenía que rendir homenaje a Toots y Chatty, Chatty parecía un encargo hecho a medida para Sarri, Sarri. El propio Toots así lo consideró cuando la escuchó.
¿Qué vivencias relaciona con esa canción?
La canción fue un torpedo. La ponían hasta en discotecas a las que no nos dejaban entrar. Pero pasó prácticamente con todos los temas del primer disco de Kortatu. La gente entraba en los bares, pedía algo de beber y después decía: "Ah, y pon Kortatu". Era algo así como: "Tres zuritos, dos tintos y pon Kortatu".
¿Qué lugar ocupa "Sarri, Sarri" para usted en la discografía de Kortatu?
Tras los ataques y difamaciones por parte de la AVT, el tema se ha mitificado más y su proyección ahora va más allá que la celebración de una fuga y de la crónica de un día de euforia total en el País Vasco. Ahora se trata de un himno anti inquisición. Pero tengo que recordar que desde 1988 hasta el 2003, año en el que empezaron a cancelarme los conciertos con Manu Chao por, en teoría, Sarri, Sarri, el álbum que más se escuchó de Kortatu fue el disco de despedida grabado en Iruñea, Azken Guda Dantza. Curiosamente, tenía los 22 temas más emblemáticos de Kortatu pero no aparecía Sarri, Sarri.
¿Qué siente cuando, todavía hoy, canta "Sarri, Sarri" en sus conciertos?
Mis apariciones en directo en la última década han sido muy espaciadas. La gira del 2003 con Manu Chao, y las mías en el 2004 y 2007. Llevo tres años centrado en el mundo audiovisual y no actúo en directo. Pero te puedo decir que la sensación que me queda cuando canto Sarri, Sarri es probablemente muy parecida a la que sintieran Villa y Zapata al entrar en México DF celebrando la revolución.
¿Alguna vez supieron qué le pareció a Sarrionandia la canción?
Sí, en otoño del 86, recibí una postal dentro de una carta, con un párrafo de Sarri y otro de Piti, en el que me comentaban que habían oído que la gente enloquecía al escuchar la canción, y que eso a la vez que les chocaba, les parecía genial. De todas maneras, creo que en esa época, ellos eran más de Ruper Ordorika, quien, por cierto, también colaboró en la grabación de Sarri, Sarri, ayudándome con la correcta pronunciación en euskera y dando ánimos en la sala de grabación.
La historia que cuenta la canción está inacabada...
Qué duda cabe que el viaje de esta canción tiene una estación clara, el día en el que Sarri pueda escucharla en directo en el País Vasco.