pamplona. Pilar García Merino expone, hasta el próximo 3 de octubre, 24 fotografías en blanco y negro cargadas de simbolismo, dentro del ciclo Mapamundistas 2010.
Situadas en el Batán de Villava, un lugar que la artista califica de "precioso", las instantáneas de García Merino muestran las edades de la vida: "La evolución del ser humano, las diferentes etapas por las que pasa: la inocencia de la niñez, el poder vital de la juventud, el trabajo de la madurez y la conformidad que da la vejez", expresó la autora.
Sus fotografías reflejan paisajes románticos y ficticios, unas construcciones de la realidad que muestran la relación del hombre y la naturaleza, principalmente, que la artista fabrica en su estudio a base de cartón, papel, algodón y figuritas, entre otros materiales, y que, más tarde, convierte en instantáneas.
"El proceso de creación es sencillo", explica García Merino, "creo una escenografía, la plasmo en una maqueta, coloco los personajes, la retroilumino y, más tarde, la fotografío. Así reduzco las formas a siluetas y los personajes quedan en sombra, consiguiendo paisajes románticos e incluso místicos".
García Merino, que lleva desarrollando esta serie desde 2005, trabaja con gran cantidad de metáforas: el paso del tiempo, el miedo a lo desconocido, el futuro incierto... "posiciones reflexivas sobre la existencia", comentó.
Precisamente, el simbolismo de su obra es el motivo por el que participa en Mapamundistas 2010: "Alexandra Baurés, comisaria de la exposición, contactó conmigo por la fragilidad y ternura de las imágenes y porque mi obra encajaba muy bien dentro de la vertiente más metafórica del ciclo: la orilla como paso del tiempo, como frontera entre la vida y la muerte", explicó la fotógrafa.