Fecha: Viernes, 18 de marzo. Lugar: Sala Movie, Aizoáin. Intérpretes: Mojinos Escozíos, banda integrada por El Sevilla, a la voz; Chicho y Vidalito, a las guitarras y a los coros; Zyppy, al bajo y a los coros; Esteban, a los teclados y percusiones menores, y El Puto, a la batería. Incidencias: Presentación de La leyenda de los hombres más guapos del mundo, último CD de la banda. 2 Horas y 10 minutos de duración, bises incluidos. Asistencia discreta, público de media de edad alta que se mostró bullicioso y participativo.
cON el multidisciplinar Miguel Ángel Rodríguez, el Sevilla, al frente de la banda cual estrambótico y carismático jefe de operaciones, Mojinos Escozíos apatrullaron el pasado fin de semana la Movie con su show, a medio camino entre los conceptos de concierto, espectáculo supuestamente humorístico erigido sobre la interpretación de temas musicales o la charlotada musicada. Con un show, a nuestro juicio, rico en canciones para triunfar especialmente en cantinas de cuarteles, reuniones de excompañeros de mili o en cenas de despedidas de soltero.
Ante bastante menos público que el esperado tratándose de quienes se trataba, presidida por una muy discreta puesta en escena que no incluyó ni telón de fondo tan siquiera; bajo los sones pregrabados de un reiterativo "que vienen, que vienen, pss, pss", la velada arrancó con la declaración de principios Qué güeno que estoy, tema al que siguió uno de los pocos nuevos que lo hicieron. Con su singular cantante buscando -y hallando en todo momento- la complicidad ya con sus ocurrencias musicadas (he aquí qué son las canciones de Mojinos), ya con sus recurrentes latiguillos entre ellas y comentarios de lo más? variados (dejémoslo ahí), pronto sonaron temas antiguos -preferentemente-, como La copita (a ritmo de blues, de los más celebrados de la noche), No tienes huevos, Por el culo, Himno marsial y viril de la gente que se siente efusivamente guay o Musho gay: unas canciones que, perfectamente interpretadas por los músicos (a decir verdad demostraron ser unos cracks), a caballo entre la hilaridad y la guasa -presuntamente- y bañadas, solamente bañadas -presuntamente de nuevo- en pura chabacanería, pusieron de manifiesto lo siguiente: que en España continúa siendo posible triunfar recurriendo al humor basado en el caca, culo, pis. Bueno, y, principalmente, siempre en clave de broma -sobre el papel-, al humor erigido sobre ciertas tendencias sexuales de la gente, silenciándose en el estado español la ironía de corte político y social de unos con el mismo ahínco con el que se celebra la grosería (¿cuántas veces salió a colación la palabra mariquita a lo largo de la noche?), en otros. En grupos como éste. Banda, lo reconocemos, que nos extraña que no aparezca en ninguna entrega de Torrente. Finalmente, la cosa pareció llegar a su final con No Se Puede Fumar y Al Carajo, la más celebrada de todas, pero, aún quedaban los bises, deparando éstos, entre cánticos de "Sevilla quédate" por parte de los presentes (pocos pero entregados, cómo disfrutaron), Las niñas de la Saye, entre nuevas excentricidades del así reclamado cantante: de un frontman que, de manera totalmente exagerada y paródica, en el nombre del arte -se supone-, hizo de todo: beber de una garrafa de pacharán, amagar con lanzarse sobre los presentes, eructar de forma real o simulada (en cualquier caso para nada disimulada), simular un strip tease, chuparse los sobacos, refrescárselos con Red Bull o amenazar con sodomizar con un micrófono de espectacular tamaño al guitarrista, mientras la sala coreaba el estribillo de una de las canciones ya citadas.
Orbitando alrededor del talento barnizado de caspa -queremos suponer- del en este contexto grotesco y torrentesco Sevilla (quien, en otro orden de cosas, compareció estrafalariamente ataviado), Mojinos Escozíos pasaron por Iruñerria sin mayor pena ni gloria, de cara al gran público. Eso sí, quienes asistieron, lo pasaron bien.